martes, 23 de diciembre de 2014

PENSAMIENTO

               PENSAMIENTO.

    Ni echándome a soñar comprender puedo,
el porqué los humanos se exterminan
y en verdad que pensarlo me da miedo,
los daños que los hombres se originan.
 
  Los hombres manifiestan que han perdido,
la razón, de su paso por la tierra
y su incapacidad han admitido,
para frenar el trauma de la guerra.

    José Sancho Rodríguez.

LA PENA

             LA PENA

  Huracán que fácil mueves,
de las dunas las arenas
¿tan pesadas son mis penas
que a moverlas no te atreves?.
  Con tal de que te las lleves,
arráncalas de un tirón
si hiéreme el corazón
sanará como en la encina,
que una rama en la colina
la desgaja el aquilón.
  Mas, si con ella me dejas,
me seguirán torturando
y me seguiré quejando,
sin que nadie oiga mis quejas.
  Como del árbol alejas,
las hojas que le desgranan
¿por que las promesas vanas
que fueron mis ilusiones
no arrastras a las regiones
desérticas y lejanas?.
  La pena que me cautiva,
la más triste y agresiva
que sufre el género humano,
es para mí un arcano
y lo será mientras viva.

     José Sancho Rodríguez.

lunes, 22 de diciembre de 2014

DISTINGUIDO CABALLERO..

        DISTINGUIDO CABALLERO.

  Distinguido caballero,
D. José el de los Faroles
el más leal y sincero,
de todos los españoles.
  Según me dice Pepín,
que es un hombre muy discreto
por carencia de postín,
me has tomado por cateto.
  En verdad no me conmueve,
que tal idea te hagas
una sentencia tan breve,
ni me ofende ni me alaga.
  Yo soy un hombre del campo,
al que al pueblo no alborota,
y, en todas partes me zampo,
con esta misma mascota.
  La etiqueta de patán,
la llevo muy orgulloso
me nutro solo del pan,
fruto del trabajo honroso.
  No vivo en el mostrador,
de una mugrienta taberna
estafando sin rubor,
a quien en ella se interna.
  Pepín me lo ha dicho claro,
que el arroz del otro día
me lo cobraste más caro
de la taza que tenía.
  Aunque nada te reprocho,
perdóname tú y dispensa
pero yo, a ese arroz le llamo,
arroz con poca vergüenza.
  También a Pepín escucho
el decir por esos bares
que a ti te gustan mucho,
los rábanos ejemplares.
  Quiero desplazarme a Pruna,
por tus informes un día
para en la hora oportuna,
hacer tu biografía.
  Porque ya no se te nota,
pero tengo la impresión
de que as robado bellotas,
en la Sierra del Tablón.
  Aunque ya por tu destino,
has cambiado de persona
creo que serías vecino,
del barrio de la Charcona.
  Quiero componer un pliego,
de una cantable letrilla
para que luego los ciegos,
puedan cantarla en Sevilla.
  Tendré el gusto y el honor,
que sepan los españoles
quien hay tras del mostrado,
en el bar de los FAROLES.

   Otra repuesta a unos amigo por su forma de ser
en sus versos como él explica.

           José Sancho Rodríguez.




sábado, 20 de diciembre de 2014

LA CAPACHA DEL MANANO


     
    La mas enorme quincana,
que se cuelga un ser humano
la saca Macho, "El Manano"
colgada cada mañana
construidas con palmas vanas
no lo tomen por alarma,
catorce cargas de palmas
él y su Manuel cortaron
y muy pocas le sobraron
nos dice con mucha calma.
  Más derecho que un garrote,
se venía conservando
pero se está doblando
de cargarse el armatoste
además en el cogote,
le ha hecho una "matadura"
y el médico le asegura,
que si no se pone un royo,
la capacha lo echa al hoyo
y su mal no tiene cura.
  Su hijo Manuel se marcha,
a trabajar sin comer
mucho mejor que tener
que colgarse la capacha,
pero él no tiene tacha
el llevarla no le apena,
es una capacha buena,
aunque la gente se rían,
hacia el campo va vacía
y hacia el pueblo viene llena.
  Cuentan que salió este año,
a buscar un guiso de setas
por las múltiples caletas
que conoce desde antaño,
y cuando hizo el apaño,
fatigoso regresó
y aunque costarle llegó,
a su casa gran trabajo
postre para el agasajo
del estuche sacó.
  De naranjas "zarazonatas"
veinte docenas traía
seis arrobas de batatas
veinte de melocotones
y de pimientos morrones,
colgó más de treinta matas
y la mayor mercancía,
eran peros y granadas
que si arrobas van gastadas
más le quedan todavía.
  Yo no encuentro salvación,
por todos esto lugares
para los pocos habares,
que se escapan del pompón
como este peatón,
por la ley no se corrija,
donde llega su vasija
no cogen ni la simiente
y hasta la fecha presente
la veleta sigue fija.

   Srs. Lectores estos versos no exageran, era así como
el pueblo lo quería al Poeta Sancho que le proponían estas
cosillas que resaltaban en el pueblo, como el de esta Capacha.

      José Sancho Rodríguez..

jueves, 11 de diciembre de 2014

LOS MAYORES...

         LOS MAYORES.


  Negarlo sería ingrato,
que a la Geriatría
se le está dando un trato,
más justo cada día
pero más
se merece cada día.
  No hay placer semejante,
como el de a los mayores
rendirle en todo instante,
los máximos honores
en respecto, afecto y favores.
  Cumpliendo su destino,
ellos nos dejan hecho
el posible camino
aunque nunca derecho,
nos parezca,
y siempre muy estrecho.
  Fieles al progreso,
que su tiempo inaugura
nos van dejando impreso
su graso de cultura
que a través,
de la época perdura.
  Los mayores insisto,
son archivos vivientes
por contraste que ha visto
sabe que son frecuentes,
pasados,
y futuros coherentes.
  El drama se repite,
la escena se asemeja,
y paridad admite
también la moraleja
de cuando el mayor´
nos aconseja.
  No digamos que es,
una infalible guía
pero digamos pues,
que entre sus mercancías
hay mucho,
que tirarse no debía.
  Existe todavía,
una arte infinita
de gran filosofía,
que no se encuentra escrita
y que el tiempo, nos sirve
gratuita.
  El que del tiempo aprende,
las continuas lecciones
a casi Sabio asciende,
y las generaciones
algo pueden sacar
de sus pregones.

    José Sancho Rodríguez.






 

 

 

 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

COPOS DE PENA (1)

  Un verso te pusiera por minuto,
una flor te pusiera por segundo
porque es el único tributo,
que te puedo rendir desde este mundo.

  Caminando por él, meditabundo,
voy con el corazón envuelto en luto
por una soledad en que me inmuto,
porque con el desierto la confundo.

  La débil ilusión que ya me queda,
frente a tantos hirientes sin sabores
es la de contemplarte mientras pueda,
rodeado de versos y de flores.

 El destino me ayude en este anhelo,
y que pronto nos una allá en el cielo.

  COPOS DE OENA... (2)

  Siempre que se nos va un ser querido,
que de algún incurable mal se queja
la interminable pena que nos deja,
en más de un corazón,  para el latido.

  Lo mismo cuando el ser que se ha perdido,
no pudo pronunciarnos ni una queja
la pena ni se duerme ni se aleja,
ni cabe en el reino del olvido.

  Pena sin un posible paliativo,
pena sin un consuelo verdadero
pena con la que aquí muriendo vivo,
pena con la que aquí viviendo muero.

  Dolor que se hará polvo infinito,
conmigo tras la losa de granitos..

    José Sancho Rodríguez..

 

Y CONQUE LLORE YO TIENES BASTANTE.

  Ya no quiero pasar por los caminos,
que pasamos a horas inoportunas
algunos entre llanos y otros pinos,
y a veces sin el Sol y sin la Luna.

  Enredados quedaban tu cabellos,
en la intrusas ramas del sendero
allí, puede estar algunos de ellos,
los pudiera encontrar, pero no quiero.

  "Todo me va por ti a preguntar",
y al oír mi repuesta sollozante
"todo sé que por ti, va a llorar,
y conque llore yo, tienes bastante.

Quien no ha hecho un camino.

     José Sancho Rodríguez.

DÉJAME..

  Déjame que te bese y que te llore,
cuando llegue la noche cada día
déjame que con versos y con flores,
adorne tu fiel fotografía.

  Déjame que te haga compañía,
y que siga teniendo tu compaña
y que viva creyendo todavía,
que esto no es verdad, que Dios me engaña.

  Aunque luego después pienso y demito,
que de mi amado ser, en el presente
queda tras una losa de granito,
un puñado de tierra solamente.

  Y mientras a ser tierra voy contigo,
y aunque ya no serán muchas las veces
cada noche te beso y te bendigo,
y cada día más te lo mereces.

   Bonitos versos para cuando le llegue a uno
desgraciadamente.

          José Sancho Rodríguez.

domingo, 16 de noviembre de 2014

AMOR CONGÉNICO.

  Era yo todavía,
un párvulo inocente
y de la poesía,
era yo un pretendiente
de todos
sus preceptos exigentes.
  Los fragmentos más bellos,
escogía de todos
los clásicos aquellos,
de distintos periodos
pero iguales
en Métrica modos.
  Entonces ser poeta,
decídase que era
una gracia secreta
tan exacta y severa,
que a todos
le calentaba la mollera.
  Pero el tiempo eviterno,
sin saber porque cosa
creó el arte moderno,
de poesía en prosa,
cuya rima
resulta un pan de rosa.
  Hoy hacer poesía,
no tiene ciencia tanta
cualquier hombre se lía
la cabeza a la manta,
y a publicar
un libro se adelanta.
  Lo secuestran las musas,
allá en el Helicón
y las diosas ilusas
lo inflan de ilusión,
y ya tiene
que dar el reventón.
  Fuerza la inteligencia,
y aborta un mamotreto
sin rima ni candencia
ni a métrica sujeto,
que compra
por único respeto.
  En orbita lo pone,
un amigo erudito
y por muy mal que entone
lo eleva a lo infinito,
y en el censo
el Vate, queda escrito.
  Por dicha razón pienso,
que hay de poetastros
un elevado censo,
que suben como astros
sin que su refulgencia
deje rastro.
  Así, no es disparate,
que desde mi cabaña
me convierta en un Vate,
y que un pelmazo más
aguante a España.
  Soy solo un campesino,
algo imaginativo
que de día trajino
y por la noche escribo,
y con este trajín
alegre vivo.
  Ese campo en que llueve,
hace calor y frio
que congela la nieve
y calcina el estío,
y que es el tiempo
gobierna su albedrio.
  No todo en él, son flores,
e idílicas facetas
cual pintan los pintores
y cantan los poetas,
que no se han adentrado
por sus grietas.
  No es fácil alcanzar,
en la escuela campera
la personal esfera
y en las letras
buscarse una lumbrera.
  Hoy cuento a paso a paso,
al verso he traducido
al divisar mi Ocaso,
el deseo he sentido
de en un libro
dejarlo reunido.
  Versos de escaso brillo,
y de expresión vulgar
hechos con el sencillo
lenguaje popular,
y que son sus defectos mi pesar.
  Pero ponen a prueba,
la pasión desbordante
que a la rima me lleva
esclavo en toso instante,
del más
escrupuloso consonante.
  Sin ese verso suelto,
ni libre, que hoy se usa
ni el pensamiento envuelto
en esta abstracta musa,
metafórica
rara y confusa.
  Poesía en esencia,
como yo la comprendo
que a la benevolencia
del lector recomiendo,
y prosigo
soñando y escribiendo.

  José Sancho Rodríguez







viernes, 14 de noviembre de 2014

MI PRIMA MODESTA.

    Mí prima modesta,
siendo encantadora
airada protesta,
del amor de ahora.
  Eso que se llama,
idilio amoroso
le parece un drama,
el más licencioso.
  Antes de que haya,
consenso ni pacto
si la chica calla,
empieza el contacto.
  Ella se rebela,
contra esa costumbre
porque no camela,
tanta pesadumbre.
  Tiene cada día,
nuevo pretendiente
nueva rebeldía,
y nuevo incidente.
  Sí es más se arrima,
ella más se aleja
"y el pobrecito encima
por nada se deja.
  Y con tanta huida,
y tanto despego
él toma enseguida,
las de Villadiego".
  Ella queda triste,
al irse los tipos
pero se resiste,
a hacer anticipos.
  Pues de ningún modo,
le parece bien
jugárselo todo,
sin saber con quien.
  Si algo no cede,
tan llena de encanto
aun quedarse puede,
para vestir santos.
  Ve con gran dolor,
cual la juventud
hoy con el amor,
juega a cara y cruz.
  Amor noche riego,
promesa sonora
que besa y que luego,
se va con la aurora.
  El caso medita,
mustia y recelosa
mas recapacita
que no hay otra cosa.
 Comprende la chica,
que no hay consuelo
que si no claudica,
irá al polletón
Suspira muy hondo,
ante el gran problema
por el alma de fondo,
que tiene el sistema.
  Pero ya le veo,
cierta tolerancia
con el galanteo,
a carta discreta.
  Pobre de mi prima,
que en muy corto plazo
dejara que encima,
le echen el brazo.

      Bonitos versos de amor juvenil. José Sancho Rodríguez.

EL TIEMPO MANDA.

  En la misma plazuela,
donde me senté un día
con mi madre y mi abuela,
con mi prima y mi tía.
  Senté me esta mañana,
entre gran bambalina
con mi esposa y mi hermana,
mí hija y mí sobrina.
  Unos cuarenta años,
median de fecha en fecha
de cambios tan extraños,
jamás tuve sospecha.
  A mi madre y a mi abuela,
sirva de procedente
del zapato la suela,
verle, no era corriente.
  Con sus faltas talares,
cumplían sus deberes
sin visitar lugares,
impropios de mujeres.
  Mi esposa y mi hermana,
mí hija y mí sobrina
a cual más casquivana,
por la moda se inclina.
  Minifalda y descote,
y todo al intemperie
le resulta un azote,
a un hombre de mi serie.
  Si los curiosos miran,
de forma pre cautiva
la falditas se estiran,
y vuelve irse arriba.
  Porque siendo inmortal,
a todos, ver nos gusta
un pecho escultural,
y una piernas robusta.
  Mí señora se extiende,
en consideraciones
y sus tesis defiende,
con dialécticos dones.
  Dice que esto le pasma,
que antes la mujer
ni me gusta que haga,
la somática ofrenda.
  Mí hermana y mí sobrina,
marchan en viento en popa
si triunfa su doctrina,
se ahorraran la ropa.
  !Oh, tiempo incontenible!,
a tu paso me inclino
nada te es imposible,
como a un dios te imagino.
  Segundo tras segundo,
me iré con tu carrera
y en este loco mundo,
sea lo que Dios quiera.

      Bonita historia...José Sancho Rodríguez.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA SUJECIÓN

  Un caballito blanco,
que yo tenia
cayó por un barraco
corriendo, un día.
  Tuvo la mala suerte,
de quedar ciego
y hubo que darle muerte
forzosa luego.
  Por no verlo molesto,
siendo tan bueno
no le tenía puesto
riendas ni freno.
  Hoy saco de mi pena,
la conclusión
que aunque moleste es buena
la sujeción.

    José Sancho Rodríguez.

viernes, 31 de octubre de 2014

TRIGO AMARGO

 Don modesto agricultor,
se encuentra en estado grave
ya don Crédito el doctor,
su diagnostico no sabe.
 Su desconsolada esposa,
doña Peque agricultura,
encuentra dificultosa,
de su cónyuge la cura.
 Sólo ella que lo asiste,
impávida noche y día
puede valorar lo triste,
tragedia de su agonía.
 Ya se le han aplicado,
tres planes de desarrollo
sin que se haya salvado,
el económico embrollo.
 Y ya en estado de coma,
cuando otro plan se le ofrece
dice que ni da ni toma,
porque tarde le parece.
 Don Pequeño, agricultor,
si es que con vida escapa
su gremio tan bienhechor,
desaparece del mapa.
 Todo lo que él, precisa,
cuesta un ojo de la cara
y su cosecha da risa,
del precio con que se ampara.
 Aunque a los dioses invoque,
y a los estados mayores
hay productos invasores,
de importaciones de choque.
 El producto de la tierra,
cuando la cosecha es buena
repercute en una guerra,
porque el mercado la frena.
 Se consolida la racha,
tiene la guerra el melón
la pera, la remolacha,
patatas y melocotón.
  Y aunque a broma ya se eche,
y como broma se escriba
tiene la guerra la leche,
y don aceite de oliva.
 Libran combates sangrientos,
las simbólicas manzanas
los proteínicos pimientos,
y las marcas jerezanas.
 No se libran del combate,
más o menos conflictivo
ni el pepino ni el tomate,
ni lo más inofensivo.
 Pan amargo el de esta tierra,
en que no se pone el sol
pan amargo, envuelto en guerra,
el del labriego español.
 Le dicen cuando se encuentra,
tan negro como el betún
que se salvará si entra,
en el Mercado Común.
 Y en este teje maneje,
ya no sabe que sembrar
que para comer le deje,
sin tener que guerrear.
 Él no niega sus deseos,
ni tampoco0 sus (deseos)
teme que los europeos,
le quieran tomar el pelo.
 Tema que representando,
se sigan esas tramoyas
y que nos sigan volcando,
camones de cebollas.
 Mas tendrá que obedecer,
y ocultar la suspicacia
con el fin de no perder,
el tren de la Democracia.
 Cuando lo manda el doctor,
que asiste a la agricultura
no habrá fármaco mejor,
para el fin que se procura.
 Y si no mejora algo,
se tendrá que emborrachar
sacar billetes en un Talgo,
completamente al azar
y que con su pan amargo
lo cubran al expirar.

Estos verso los hizo el Poeta Sancho cuando él era labrador
y a sí le pagaban por su trabajo, hoy si no es igual mucho se lo parece.


   José Sancho Rodríguez.



martes, 21 de octubre de 2014

ECOS DE MI SOLEDAD


    
  Soy Como el Ruiseñor que lolo entona,
su concierto más intimo sentido
cuando su amada vuela hacia el nido,
y en el sombrío bosque la abandona.

  Entre lo mas espeso de la loma,
y en la zarzamora recluido
es un llanto en trinos convertido,
lo que en su soledad pregona.

  Desde tu inesperada despedida,
oculto, en el bosque de la vida
para ti mis poemas elaboro.

  Y, como el ruiseñor, nadie me lave,
acierta a descifrar y nadie sabe,
si a través de mis versos canto o lloro.

  Ya no deshojo más las margaritas,
porque ellas me digan si me quieres
ni vuelvo a faltar a mis deberes,
para acudir a tus inciertas citas.

  Ni ya le ruego más, por las ermitas,
a Dios que no seas como eres
teniendo mi desdichas por placeres,
y por gozo teniendo mis cuitas.

  Con el amor y la humanidad de Cristo,
de tu desdén la tempestad resisto,
y aunque atormentarme te complace.

  Siempre tu amor tendrá en mi pecho un trono,
y también como Cristo, te perdono
porque sé que no sabes lo que haces.

Bonitos versos para el amor que se necesita.

               José Sancho Rodríguez

lunes, 20 de octubre de 2014

LA ALEGRE PENA

      
  LA ALEGRE PENA.
 
 El lunes hago un soneto,
el martes una redondilla
el miércoles una quintilla,
y el jueves trazo un soneto.
 Viernes y sábado completo,
con una octava real
el flamante recital,
de poesía amorosa
con la que obsequio a mi esposa,
la fiesta dominical.
 Ella que peca de buena,
todos elegíos me hace
advierte que me complace,
y que de ilusión me llena.
 Pero yo advierto su pena,
y justa la considero
porque el copioso venero,
de aplaudibles poesías ,
no nos rinde muchos días
para poner el puchero.
 
 No tuvo la suerte poder vivir de lo que tanto
le gustaba.
                   José Sancho Rodríguez.

sábado, 18 de octubre de 2014

LA COLA DEL PAN 1950

         En la cola del pan..1.950.

        En la cola de los comedores.. 2.014

  No tengo ganas de hablar,
ni gusto para escribir
ni nada puedo callar,
ni nada quiero decir.
  Si dejo de ir desnuda,
la verdad a los cuatro vientos
varios seres, sin duda,
no van a quedar contentos.
  La diremos disfrazada,
respetable y decorosa,
y si no consigue nada,
otra vez será otra cosa.
  Es el asunto del pan,
el que ya nos ha colmado
después del poco que dan,
está siendo muy mal dado.
  El que responsable sea,
nos aprieta sin perdón
Diosa quiera que no se vea,
él, al pan de la ración.
  Y que recoja el dinero,
con la natural fatiga
al llegar al panadero,
ya no hay ración le diga.
  Y con sarcasmo notorio,
se le anda con rutina
le dice vea a Gregorio,
que es el dueño de la harina.
  Gregorio hombre prudente,
cree razonable el grito
y le aconseja al paciente,
vuelva a ver a Joseito.
  Uno tras otro se oculta,
y al que se queda dormido
casi siempre le resulta,
el tiempo y el pan perdido.
  Pero la otra mañana,
con razón la criatura
en la batalla se afana,
y a mil riesgo se aventura.
  Aquí para no perder,
el pan que Francisco endiña
hay que poner a la mujer,
igual que un gallo de riña.
  Sacarle uña y colmillo,
y la cabeza afeitada
y después desde el tobillo,
al pescuezo acorazada.
  Antes de que sea de día,
se ha de ir equipando
y formar la compañía,
en la calle tiritando.
  Y cuando suene el cerrojo,
pues casi siempre sucede
que cada cual a su antojo,
se mete por donde puede.

   Estos versos de antaño se van pareciendo a estos
mas modernos
                             José Sancho Rodríguez.




 



      
 

viernes, 18 de julio de 2014

EL PERRO ILUSTRE (AGUACERO)


    Habla el perro aguacero

 

Este perro de los años 40, se dirigió al Ayuntamiento para que le dieran una oportunidad para poder vivir, no como los de ahora que duermen en cunas y van vestidos por las calles

y comen todo lo que se le antoja, lean estos versos y verán que diferencia del 2.014 al 1.940.

 A quien sea el encargado,
de hacer esta perrería
con el respeto adecuado,
me dirijo en este día.

 Aunque resulta pequeño,
el nuevo arbitrio perral
ahora dice ni dueño,
que no me puede pagar.

 Y por el presente escrito,
respetuoso y atento
algún plazo solicito,
al Ilustre Ayuntamiento.

 Por mi nombre se lo juro,
que me cuesta una quincena
para salir del apuro,
y librarme de esta pena.

 Aunque tengo mal sonido,
y me encuentro pregonado
yo nunca a nadie he mordido,
y casi nunca he ladrado.

 Yo le furo por los palos,
que cada día me dan
que no soy de los más malos,
si me echaran algún pan.

 Pero mi dueño no amasa,
y como todo el que roba
si no me da las tenazas,
me da el mango de la escoba

 He cobrado ya tal fama,
que al verme dicen ¡alerta!
si no es la moza es el ama,
me prepara la entrepuerta.

 Y entre la puerta y el quicio,
e dan a uno un consejo
que hay que dejar el oficio,
o dejarse allí el pellejo.

 Por esa causa maldita,
desde que pasó el verano
no hago más que una visita
por la mañana temprano

 Y aunque no es la hora inoportuna,
hacer uno el recorrido
hay que tirarse en ayuna,
al campo como un bandido.

 Hay que tender el olfato,
y dar provisionalmente
con la gallina o el gato,
que es la presa más corriente.

 Hay que ir sin punto fijo,
hay que ir sin punto cierto
y de cortijo en cortijo,
buscando algún alimento.

 Y si se encuentra  un botín,
hay muchas contradicciones
nunca faltará un mastín,
que dé buenos revolcones.
 
De esta forma lo que pasa,
se corrompe el insten tino
y por la noche en la casa,
el olor no es el más fino.

 Aunque sufrido es mi dueño
como nunca esta tranquilo
tiene preparado un leño,
por si acaso me descarriló.

 Esta es una vida perra,
que a simple vista se advierte
aunque se yerra,
se aprecia más que la muerte.

 La otra mañana salí,
y rapiñé una tostada
pero al otro día fui,
victima de una emboscada.

 Conmigo se llevó a cavo,
una hazaña criminal
así me tenéis que el rabo,
no lo puedo enderezar.

 Pero en fin cosa de leña,
todo queda en las costillas
lo malo es que si usted se empeña,
en echarme una bolilla.

 Es bastante doloroso,
de que yo muera envenenado
pues más siendo tan provechoso,
como lo tengo aprobado.

 En un pueblo como este,
que si no fuera por mí
no podrián con el peste,
estar sentados aquí.

 Pero el pueblo ya lo sabe,
ni en invierno ni en verano
doy yo tiempo que al cadáver,
e a comentan los gusanos.

 Y lo útil que le soy,
a mujer poco hacendosa
siempre que a su casa voy,
he de hacerle alguna cosa.

 Limpio el plato y la salten,
el perol, la cacerola
y miro la olla también,
cuando la casa esta sola.

 Y si se ensucia el chiquillo,
ella misma me a porfía
pues le saco al suelo brillo,
quitando la porquería.

 Con que mire lo que hace,
el que sea el encargado
que un animal de mi clase,
debe ser respetado.

 Lea usten atento mi escrito,
y le daré gracias mil
y de plazo solicito,
hasta el 14 de Abril.

  José Sancho Rodríguez.

                                

jueves, 17 de abril de 2014

DIOS Y LOS HOMBRES


   Dios y los hombres

 Obrero que a trabajar,
te mandó Dios a la tierra
para de ella sacar,
cuantas riquezas encierra.

 Deja el trabajo un segundo,
seca el sudor de tu frente
y en lo que haces en el mundo,
piensa detenidamente.

 Piensa que mientras trabajas,
cumples preceptos cristianos
pero ves cual tus ventajas,
te arrebatan de las manos.

 Mira cual la mayor parte,
se suelen de dedicar
al sofisticado arte,
de vivir sin trabajar.

 Busca a Dios en las tinieblas,
donde lo esconde el egoísmo
encarna en ti su doctrina,
y harás un Dios, de ti mismo.

 Inmerso en el resplandor,
de su redentora luz
sentirás hasta el dolor,
que por ti, pasó en la Cruz.

 De cólera, harás, templanza,
y del orgullo, humanidad
del oído y de la venganza,
forjarás, la caridad.

 Y  si un ingrato te humilla,
y descargas tu furor
pondrá la otra mejilla,
cual lo hacía el redentor.

 Dirá el mundo que estás loco,
que sandeces vas haciendo
pero luego poco a poco,
tu obra, irá, comprendiendo.

 Mas nunca produzcas pan,
para el saludable hermano
que siendo esbirro holgazán,
presuma de ser cristiano.

 Es aventurado y grave,
considerarse  cristiano
tal virtud, casi no cabe,
en el corazón humano.

 ¿Quién renuncia al orgullo,
de la superioridad?
¿Quién no se duerme al arrullo
del lucro y la vanidad?.

 ¿Quién resiste la avaricia
que las bondades decena
y no guía la justicia
siempre por la puerta ajena?.

 Así Dios, esta ofendido,
aunque todo lo perdona
ver un cristiano fingido,
que degrada su persona.

 Esta disconforme y triste,
al contemplar que en la tierra
para los hombres existe,
también, la escuela de guerra.

 Y que a la gloria se llega,
predicando con metralla
y siendo un buen estratega,
en los campos de batalla.

 Y que el más sabio del mundo,
será en la posteridad
el que menos de un segundo,
destruya, la humanidad,

 El que invente el artefacto,
que contando hacia tras
pueda en un espacio exacto,
aniquilar lo demás.

 Mas esos sabios lo saben,
va en el Génesis, previsto
que cuando mueran no caven,
en el Reinado de Cristo.

 Pero a ellos no le importa,
ganar el descanso eterno
otra gloria los exhorta,
aunque bajen, al Averno.

 Ve con flagelante pena,
que el mundo, es el escenario
en el que sigue en escena,
la tragedia del calvario.

 Ve la tierra detentada,
del más arbitrario modo
unos, sin tener de nada,
otros sobrándole todo.

 Ve esta lucha sin perdón,
nacida bajo el inflijo
de la eterna colisión,
de la miseria y el lujo.

 Esa implacable tormenta,
que obra, de la paz, en nombre
y que el mismo hombre inventa,
para dominar al hombre.

 Esa salvaje clemencia,
que en olas intermitentes
hace acto de presencia,
por todos, los Continentes.

 Siembra la muerte iracunda,
polvoriza, las ciudades
y los ámbitos inunda,
de horror, y calamidades.

 Para la paz en Ginebra,
un Iris, fue levantado
y siempre el arco se quiebra,
también por lo más delgado.

 Será el eterno error,
querrá con guerra, acabar
se acabaría mejor,
muriendo, por no matar.

     Bonitos versos nos narra el Poeta Sancho, entre lo
    que Cristo quería para los obreros.

             José Sancho Rodríguez.

sábado, 12 de abril de 2014

RECUERDOS TATUADOS

       
Conocí a mi padre de yuntero,
que le era de noche en la besana
y para uncir la yunta en la mañana,
esperaba orto del lucero.


Financiaba la empresa un usurero,
que decía tener alma cristiana
y toda la cosecha limpia y sana,
tenía que pasar a su granero.


Aquel gran capitán, feudal cretino,
negociante del tipo más leonino
cólmele a mi padre la paciencia.

 Por ganarnos el pan, luchaba en vano,

y fuese a la Argentina ya un verano
dejándonos de dios, a la clemencia.


           José Sancho Rodríguez   
        

jueves, 10 de abril de 2014

LOS MISTERIOS DEL AMOR



 No sé si la conocí,
con el sol o con la luna
si en busca de ella fui,
o la encontré en parte alguna.

 Sólo se  que al conocerla,
encontrarla, sin pensar llegar a mas
iba distraído a verla,
por echar el tiempo atrás.

 Luego por un pasajero,
y casi superfluo empeño
decidí, ser el primero,
que de su amor fuera el dueño.

 Y un amor que nació en broma,
sin sello de baptisterio
se fue creando su aroma,
y su colorido serio.

 Y al observar que se puso,
el idilio al rojo vivo
quise, con pretexto iluso,
poner punto (suspensivo).

 Hasta aquí llegó el flirteo,
me dije, cobrando el seso
por que en verdad no deseo,
una mujer sin ingresos.

 Con mi porte y mi trapío,
no es, aventura vaga
si una chica desafío,
con una mediana paga.

 Hay secretarias de sobra,
y el amor todo es rutina
con que manos a la obra,
y a reñir con Carolina.

 Cuando estuve frente a ella,
me quedé como de hielo
parecí ame una estrella
recién caída del cielo.

 Porque su belleza es,
de esa belleza que encantan
iluminada después,
por un corazón de santa.

 Vengo, le dije, mujer,
a suplicarte un favor
por un año a suspender,
nuestro contrato de amor.

 En prenda te dejo el alma,
por ella volveré a ti
sé que destruyo tu calma,
pero la vida es así.

 Quedó eclipsada de hecho,
su hermosura refulgente
e inclinó sobre mi pecho,
la calenturienta frente.

 Y me dijo casi inerte,
no me hagas que  así padezca
dame, tu amor o la muerte,
lo que para ti, parezca.

 Lloró y enjugó su llanto,
tan en silencio vertido
y la besé como a un santo,
el hereje arrepentido.

 Le di mi amor con orgullo,
la hice mi esposa amada
se lo di porque era suyo,
que lo creó de la nada.

 Porque ayer, hoy y mañana,
como yo, habrá enamorados
de los que vamos por lana,
y salimos trasquilados.

              José Sancho Rodríguez.