que le era de noche en la besana
y para uncir la yunta en la mañana,
esperaba orto del lucero.
que decía tener alma cristiana
y toda la cosecha limpia y sana,
tenía que pasar a su granero.
negociante del tipo más leonino
cólmele a mi padre la paciencia.
Por ganarnos el pan, luchaba en vano,
y fuese a la Argentina ya un verano
dejándonos de dios, a la clemencia.
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