y en sus suspiros decía,
aquí la sabiduría
no tiene nada que hacer.
su propio corazón hiere,
por ver en otro una herida.
luego en la vida es,
como la vida nos hace.
hay esas reglas que dicen,
tanto tienes tanto vales.
ni me saquen del olvido,
para ser mal recordado.
pero un amor arriesgado,
tiene de locura un poco.
no tiene nada que hacer,
“pero son muy bajas cosas”.
siempre escuchándose esta,
aunque no se quiera oír.
mira que luego después,
nada acaba como empieza.
aunque no haya testigo,
Dios, te la tiene anotado.
que en este tejemaneje,
cambia mucho el decorado.
procura de en sordeces,
mejor que callarla a ella.
te es mejor escuchar,
los ronquidos que la bronca.
simples esquemas modesto,
de proverbios verdaderos.
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