viernes, 30 de septiembre de 2011

LOS DICTADORES

LOS DICTADORES.


Suena un eco que se espacia,
por los poblados y alcores
de ¡arriba la democracia!
y ¡abajo los dictadores!.

Y siguen ciertos señores,
tapándose los oídos
y en sus puestos convertidos,
en monstruos dictatoriales
y de bienes comunales
libremente poseídos.

Y por toda la Galaxia,
suena el eco en las alturas
de ¡arriba la democracia!
y ¡abaja la dictadura!.

Y siguen ciertas figuras,
su obra dictatorial
firme en su pedestal,
los poderes usurpando
y a su albedrío medrando
de forma discrecional.

Pero los ecos en voz,
firmemente acusadora
se transforman y el reloj,
sigue marcando la hora.

El dictador no la ignora,
pero no está satisfecho
y prosigue el sordo hecho,
con el pueblo en desafío
mientras del revuelto río
pesca el máximo provecho.

Los ecos se hacen voz,
y la voz se hace grito
que se dispara veloz,
por el espacio infinito.
El dictador ya constrictor,
empieza a sufrir el gesto
se va sintiendo molesto,
porque empieza a olfatear
que se le puede acabar
ser dueño de un presupuesto.

Los gritos, allá en la altura,
los fue el tiempo trasformando
en odio que fue sitiando,
a más de una dictadura.

Una explosiva conjura,
hizo saltar al vacío
al tirano poderío,
que en defensa de su trono
consistió que por su encono
llegara la sangre al río.

Persia, Uganda y Nicaragua,
hicieron de sus caudillos
yunques de la misma fragua,
donde fueron los martillos.

No sériale preciso,
llegar a tan alto yerro
ni esperar que el paraíso
se convirtiera en destierro.

Pero así, dispuesto está,
poco acaba como empieza
son lecciones que nos da
la sabia Naturaleza.


José Sancho Rodríguez.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

LOS TIEMPOS MANDAN

EL TIEMPO MANDA.

En la misma plazuela,
donde me senté un día
con mi madre y abuela,
con mí prima y mí tía.

Siénteme esta mañana,
entre bambalina
con mí esposa y mí hermana,
mí hija y mí sobrina.

Unos cuarenta años,
median de fecha en fecha
de cambios tan extraños,
jamás tuve sospecha.

A mí madre y a mí abuela,
sirva de precedente
del zapato la suela,
verte, no era corriente.

Con sus faltas talares,
cumplían sus deberes
sin visitar lugares,
impropios de mujeres.

Mí esposa y mí hermana,
mí hija y mí sobrina
a cual más casquivana,
por la moda se inclinan.

Minifalda y escote,
y todo a la intemperie
le resulta un azote,
a un hombre de mí serie.

Si los curiosos miran,
de forma procantiva
las falditas se estiran,
y vuelve irse arriba.


Porque siendo inmortal,
a todos ver nos gusta
un pecho escultural,
y una pierna robusta.

Mí señora se extiende,
en consideraciones
y sus tesis defiende,
con dialécticos dones.

Dice que esto le pasma,
que antes la mujer
vestía de fantasma,
sin encanto a ofrecer.

En verdad que no me halaga,
su erótica leyenda
ni me gusta que haga,
la somática ofrenda.

Mí hermana y mí sobrina,
marchan a viento en popa
si triunfa su doctrina,
se ahorraran la ropa.

¿OH tiempo incontenible?
a tu paso me inclino
y en este loco mundo,
como a un dios te imagino.

Segundo tras segundo,
me iré con tu carrera
y en este loco mundo.
sea lo que Dios quiera.

Si el poeta Sancho viviera hoy escribiría
estos versos, los tiempos se van y quedan sus recuerdos.

José Sancho Rodríguez.

sábado, 24 de septiembre de 2011

LA LABRIEGA



Mujer que conocí una mañana,
revolviendo gavillas en una era
y al verte tan labriega y tan serrana,
en ti, me dejé el alma prisionera.

Tú, eras más, una espiga rubia,
exhibiendo también fecundos granos
dorados por el sol y por la lluvia,
germinando, deseos soberanos.

Y como en torno al sol, gravita el astro,
a distancia y tiempo indefinido
en silencio seguí siempre su rastro,
y en silencio, queriéndote he vivido.

Cuando la espiga rubia dio su fruto,
el día para mí, más venturoso
algo imprevisible y resoluto,
tornó en inquietud aquel reposo.

Volvió a sumergir mi pensamiento,
en los mares del tiempo y la distancia
y, otra vez para ti, su verso escancia.

Cuando el cielo de sombra se revista,
y la noche callada tiende el manto
otra vez me pregunto solo y trise,
¿por qué me acordaré de ella tanto?.

Dirás que todo es romanticismo,
dirás que quiero darme de poeta
pero yo te diré siempre lo mismo,
que eres la mujer que más me inquieta.

Dirás que todo son cuentos de Eros,
que de vulgar Tenorio son arrullos
pero yo te diré que no prefiero,
de recordar más besos que los tuyos.


Y siempre te diré que no comprendo,
el porque diferente a otra mujeres
te tengo que seguir siempre creyendo,
si una hija más de Eva eres.

Y es, que eres tú quien ha creado,
de mi vida las más felices horas
y la imaginación me has sustentado,
con el efluvios de noches soñadoras.

Y auque jamás tu olvido se despierte,
escrito ya, con mano temblorosa
estos versos mujer quiero ofrecerte,
para que esté de ti, más orgullosa.

No me importa si me recuerdas hoy,
ni me importa saber, si me has querido
para seguir diciéndote que soy.
el hombre que pensando en ti ha vivido.

Bonitos versos de amor que narra el Poeta Sancho
en la mujer que pensando en ella ha vivido.

José Sancho Rodríguez.

martes, 20 de septiembre de 2011

VIVIR SOÑANDO

VIVIR SOÑANDO


No miento cuando digo,
que he vivido soñando
este libro es testigo
que muy de cuando en cuando
he vivido normal
y descansando.

Esta onírica vida,
el lego y el experto
la cree enrarecida,
pero en fin es lo cierto
que viviendo
también soñó despierto.

De tal realidad,
muchos no se aperciben
pero cuando en verdad,
discursean y escriben
demuestra que también
soñando viven.

Con entusiasmo enorme,
voy cantando a la vida
no del todo conforme
por la contrapartida,
que apenas
merece ser vivida.

Pero siempre le canto,
porque la encuentro bella
con su risa y su llanto
todo me admira en ella,
porque aquí cada cual
tiene su estrella.

El Todopoderoso,
ni premia ni castiga
y aún sin ser más dichoso
aquél que más castiga,

a conseguir aún más
la vida obliga.

Existencia dolida,
la que desde pequeño
se tiene sostenida
en el hilo de un ensueño,
por que se ha fracasado
en un empeño.

Ilumina la frente,
una gentil locura
que el pasado y presente
llena de luz futura,
pero nada risueño
nos augura.

Se sueña y se delira,
por la anhelada idea
y soñando se aspira
a que realidad sea,
el deseo que sombra
nos rodea.

Y cuando el alma duerme,
en la noche callada
como un fantasma inerme
la idea fracasada,
y su víctima
sigue como hada.

Así yo, paso a paso,
camino por el mundo
arrastrando el fracaso
y el pesar más profundo,
por no ser
un poeta más fecundo.

Pero feliz me creo,
porque el arte cultivo
porque sueño al deseo
y lo que sueño escribo,

y así, declaro “que”
¡soñando vivo!


José Sancho Rodríguez.

martes, 13 de septiembre de 2011

LA CULPA A QUIEN NO LA TIENE.

CULPA A QUIEN NO LA TIENE


Mucho se habla y se escribe,
de las cosas de la vida
porque hacerlas nos prohíbe,
cada cosa a su medida.

Cada cual a su acomodo,
vive como le conviene
luego la culpa de todo,
la sufre quien no la tiene.

¿Qué culpa tiene la vida,
que los débiles mortales
seamos tan especiales
en hacerla enrarecida?
¡Qué culpa tiene la vida!.

¿Qué culpa tiene la Tierra,
si en vez de dar pan y flores
da, miserias y rencores,
odios, envidias y guerra?
¡Qué culpa tiene la Tierra!.

¿Y qué culpa tiene el vino,
que la cabeza más cuerda
así, la vergüenza pierdas
cuando lo bebe sin tino?
¡Y qué culpa tiene el vino!.

¿Qué culpa tiene el ladrón,
desde el mismo Barrabás
de que todo los demás
tengan la misma opinión?
¡Qué culpa tiene el ladrón!

¿Qué culpa tiene la leche,
que el dueño sea un lechero
nos cobre tanto dinero
y tanta agua le eche?
¡Qué culpa tiene la leche!.

¿Y que culpa tiene el pan,
valiendo el trigo tan poco
de que a él, tan a lo loco
tantas subidas le dan?
¡Qué culpa tiene el pan!.

¿Qué culpa tiene el lechón,
que por tradición absurda
el que barre la zahúrda
casi no prueba el jamón?
¡Qué culpa tiene el lechón!.

¿Qué culpa tiene la higuera,
de que a ricos y mendigos
les gusten tanto los higos
cuando pasan por su vera?
¡Qué culpa tiene la higuera!.

¿Qué culpa tiene mi prima,
si su novio está delgado
como un gatito encarnado
por lo que al fuego se arrima?
¡Qué culpa tiene mi prima!.

¿Qué culpa tiene el modisto,
ni la señora modista
que hoy se lleven a la vista
cosas que nunca se han visto?
¡Qué culpa tiene el modisto!.

¿Y qué culpa tiene el cine,
que cuando la luz se apaga
una película haga
quien usted no se imagina?
¡Qué culpa tiene el cine!.

¿Qué culpa tiene la suegra,
su aún siendo el ángel más tierno
casi siempre para el yerno
es, una pantera negra?
¡Qué culpa tiene la suegra!.


¿Y qué culpa tiene el hierro,
que un herrero cierto día
una perra que tenía
la pegó con otro perro?
¡Qué culpa tiene el herrero!.

¿Qué culpa tiene el esposo,
que la idolatrada esposa
a veces por ser dichosa
lo pone a él, espantoso?
¡Que culpa tiene el esposo!.

¿Y qué culpa tiene el mando,
de que todo el que lo coge
más o menos se le antoje
de chupar de cuando en cuando?
¡Y qué culpa tiene el mando!.

¿Qué culpa tiene el tejado,
de que la gata y el gato
haciendo el gatuno trato
lo pongan estropeado?
¡Qué culpa tiene el tejado!.

¿Qué culpa tiene la playa,
que sus blandas arenosas
están sucediendo cosas
que se pasan de la raya?
¡Qué culpa tiene la playa!.

¿Qué culpa tiene el olivo,
que no se puede labrar
y lo tengan que arrancar
como estorbo introducido?
¡Qué culpa tiene el olivo!.

¿Y qué culpa tiene España,
si cuanto cría la tierra
se ve envuelto en una guerra
por repercusión extraña?
¡Y qué culpa tiene España!.


¿Qué culpa tiene la chica,
que va por la discoteca
y a quien le paga la beca
sus filigranas dedica?
¡Qué culpa tiene la chica!.

Roguemos a Dios del cielo,
que nuestra ignorancia frene
y no echemos el “mochuelo”
a quien la culpa no tiene.

Si el Poeta sancho viviera hoy y viera
como está el mundo que nos contaría con sus versos.


José Sancho Rodríguez.

domingo, 11 de septiembre de 2011

SOY AQUEL

SOY AQUEL.

Soy aquel alma perdida,
que siguió tu errante huella
y que fui dejando en ella.
trozos de la propia vida.

Soy del alma dolorida,
que su dolor ríe y canta
a la que ya no le espanta,
cuanto infortunio le trae
cuanto le derrumba cae
con más brío se levanta.

Yo soy aquel caminante,
que por difícil camino
llegué al punto destino,
a fuerzas de ser constante.

Siguiendo siempre adelante,
y superándolo todo
por el polvo y por el lodo,
sin en nada reparar
solo pensando en llegar
en llegar, de cualquier modo.

Y a lo más alto subí,
y a lo mas bajo bajé
pero todo lo gané,
aunque todo lo perdí,
mas soy el que siempre fui
aunque fuiste tan cruel
dándole obre el papel
rienda suelta a mis pesares,
y diciendo en mis cantares
¿te acuerdas? yo soy aquel.

Que ejemplo de la vida narra en estos versos
el Poeta José Sancho Rodríguez.

sábado, 10 de septiembre de 2011

ROMANCE DE UNA LEYENDA

ROMANCE DE UNA LEYENDA.


Al pasar por Alcalá,
muy contados viajeros
no contemplarán las tumbas,
de los siete bandoleros.

Siete bloque verticales.
cual pétreos escuderos
le hacen guardia cara al tiempo,
aun sepulcro de recuerdos.

Dicen que no eran siete,
ni que de Écija fueron
ni que a los ricos robaron,
más que a los pobres le dieron.

Dícese que incontrolados,
fuera de la Ley vivieron
pero que la Ley de Dios,
anes los hombres vivieron.

Que tenían sus esposas,
y que sus hijos tuvieron
y a veces por no matar,
como cobardes huyeron.

Que en la Ermita de Gandul,
la misa del alba oyeron
y que con sus alcabalas,
imágenes se adquirieron.

Unos dicen que es historia,
otros dicen que es un cuento
pero hay algo que es verdad,
hubo algo que fue ejemplo.

Porque cuando el pueblo canta,
un nostálgico recuerdo
siempre lo hacen en alabanza,
de quien supo merecerlo.

Por algo de sus hazañas,
nos sigue hablando el silencio
y el curso de su existencia,
no lo interrumpe el tiempo.

Y aún sin saber si sus almas,
pudieron ganar el cielo
aquí sus tumbas vacías,
siguen causando respeto.


José Sancho Rodríguez.

jueves, 1 de septiembre de 2011

LAS COSAS DE VALENTÍN

LAS COSAS DE VALENTÍN.


Es mi amigo Valentín,
una excelente persona
que procede con buen fin,
y al enemigo perdona.

A mi casa el otro día,
llegó muy preocupado
y del ABC traía,
un trocito recortado.

Léeme dijo insistente,
lo que en Sevilla ha ocurrido
para que digan las gente,
que yo soy un mal nacido.

¿Si a mi por una saeta,
no se me olvida el mandado
por una misa completa,
cuánto le habrán propinado.

En el recorte leí,
una noticia sencilla
decía el titulo así,
Misa flamenca en Sevilla.

Continuaban las señas,
tan claras como sinceras
“El Kirie”, por malagueñas,
y el “Credo” por peteras.

“El Santus” por soleares,
“Agnusdéi” por seguirillas
cosas, que antes los altares,
parece que hacen cosquillas.

Valentín no hizo tanto,
con intenciones muy sanas
interpretó el Jueves Santo,
saetas, por sevillanas.

A la cárcel, fue internado,
dice él, y yo lo creo
no vuelve más a cantar,
saetas, por sevillanas.

Auque pecó aquel día,
a pesar de sus pesares
tanta flamencología,
no le gustan en los altares.

Hasta le produce risa,
que unos conspicuos señores
flamenquizando la Misa,
hayan pasado sudores.

No lo puedo convencer,
por razones que le doy
que lo prohibido ayer,
está permitido hoy.

Y no sólo el tiempo pierdo,
en la conciliar porfía
sino que casi de acuerdo,
estoy con su teoría.

Con prudencia y diplomacia,
al sínodo puse fin
pero sí, que tiene gracia,
las cosas de “Valentín”.


Estos versos como todas las cosillas que
se destacaban de la vida cotidiana el Poeta Sancho
con aquella gracia que tenia para escribir dándole
a todo su significado.

José Sancho Rodríguez.