domingo, 25 de octubre de 2009

LA PENA.

Huracán que fácil mueves,
de la dunas las arenas
¿tan pesadas son mis penas
que a moverlas no te atreves?

Con tal de que te las lleves,
arráncalas de un tirón
si hiéreme el corazón,
sanará como la encina,
que una rama en la colina
la desgaja el aquilón.

Mas, si con ella me djas,
me seguirá torturando,
y me siguiré quejando
sin que nadie oiga mis quejas.

Como del árbol alejas,
las hojas que le degranan
¿por qué, las promesas vanas
que fueron mis ilusiones
no arrastran a las regiones
desérticas y lejanas?.

La pena que me cautiva,
la mas triste y agresiva
que sufre el órgano humano,
es para mí un arcano
y lo será mientras viva.

viernes, 23 de octubre de 2009

CAMPO TRISTE DE TÍ

CAMPO TRISTE DE TÍ

Camino de mi cabaña,
Un día tras otro día
Voy viviendo la agonía,
De aquestos campos de España,
Una sensación extraña,
Del alma se me apodera
Ser del campo no quisiera,
Para no verlo morir
Pues, siempre hace sufrir,
La muerte que no se espera.

Un hombre del campo soy,
Que de letras algo entiendo
Pero al campo no comprendo,
Que es, lo que le ocurre hoy,
De él, me vengo y me voy,
Pensativo y solitario
Porque ya sexagenario,
Pienso que opción no queda,
Sino seguir mientras pueda
Con la Cruz hacia el Calvario.

Pero me apenas el paisaje,
Que en estos campos existen
Tan melancólicos y triste,
Como la Jungla salvaje,
Ha terminado el rodaje
Del magno documental,
Que el consorcio laboral,
Sobre los campos gravaba
Que tanto beneficiaba
A la renta Nacional.

Estos caminos que humanas,
Huellas no dejan de ver,
Las rutas fueron de ay
De nutridas caravanas,
De yuntas que a las besanas
Los gañanes conducían
Que cantaban y reían
Trabajando con tensón
En la honesta profesión
A que unidos se sentían.

La juventud ha emigrado,
A escala sin procedente
El campo particularmente,
Encuéntrese abandonado
Encuéntrese abandonado
Si en un plazo corto y breve
No surge quien a él, lleve,
El balsámico ideal
Porque su crónico mal,
No es de pronostico leve.

Las viviendas en ruina,
Los huertos crían zarzales,
Todo acusa las señales
De un pasado que declina,
Esta tierra la gran mina
De donde todo proviene
Tan olvidada se tiene
Que nos incita a pensar,
Si se volverá a ordenar,
Después de que se desordene.

El amable campesino,
Huye antes la perspectiva
De una jornada intensiva,
Con un ingreso mezquino,
A caso por el camino
Piensa con melancolía,
En ese éxodo sin guía,
Pero en la ciudad se adentra,
Y adonde ganar encuentra,
Ese pan de cada día.

Para ellos es lo mismo,
Construir pisos y hoteles
Avenidas y vergeles,
En las rusa del turismo
Ho se baila a ese ritmo
ojalá dure mañana
Para pasarlo se gana,
Y si imprimir la vida,
El sábado se liquida
La cuenta de la semana.

En los ámbitos rurales,
Se acentúa un clima tenso
Y un desequilibrio inmenso.
Por las normas estatales
Se quieren paliar sus males
Con los préstamos bancarios,
Y en dividendos precarios
El total se desvanece
Y el cancelarlos le ofrece
Esfuerzos extraordinarios.


Estos versos corresponden.

A Don JOSÉ SANCHO RODRÍGUEZ.