viernes, 18 de julio de 2014

EL PERRO ILUSTRE (AGUACERO)


    Habla el perro aguacero

 

Este perro de los años 40, se dirigió al Ayuntamiento para que le dieran una oportunidad para poder vivir, no como los de ahora que duermen en cunas y van vestidos por las calles

y comen todo lo que se le antoja, lean estos versos y verán que diferencia del 2.014 al 1.940.

 A quien sea el encargado,
de hacer esta perrería
con el respeto adecuado,
me dirijo en este día.

 Aunque resulta pequeño,
el nuevo arbitrio perral
ahora dice ni dueño,
que no me puede pagar.

 Y por el presente escrito,
respetuoso y atento
algún plazo solicito,
al Ilustre Ayuntamiento.

 Por mi nombre se lo juro,
que me cuesta una quincena
para salir del apuro,
y librarme de esta pena.

 Aunque tengo mal sonido,
y me encuentro pregonado
yo nunca a nadie he mordido,
y casi nunca he ladrado.

 Yo le furo por los palos,
que cada día me dan
que no soy de los más malos,
si me echaran algún pan.

 Pero mi dueño no amasa,
y como todo el que roba
si no me da las tenazas,
me da el mango de la escoba

 He cobrado ya tal fama,
que al verme dicen ¡alerta!
si no es la moza es el ama,
me prepara la entrepuerta.

 Y entre la puerta y el quicio,
e dan a uno un consejo
que hay que dejar el oficio,
o dejarse allí el pellejo.

 Por esa causa maldita,
desde que pasó el verano
no hago más que una visita
por la mañana temprano

 Y aunque no es la hora inoportuna,
hacer uno el recorrido
hay que tirarse en ayuna,
al campo como un bandido.

 Hay que tender el olfato,
y dar provisionalmente
con la gallina o el gato,
que es la presa más corriente.

 Hay que ir sin punto fijo,
hay que ir sin punto cierto
y de cortijo en cortijo,
buscando algún alimento.

 Y si se encuentra  un botín,
hay muchas contradicciones
nunca faltará un mastín,
que dé buenos revolcones.
 
De esta forma lo que pasa,
se corrompe el insten tino
y por la noche en la casa,
el olor no es el más fino.

 Aunque sufrido es mi dueño
como nunca esta tranquilo
tiene preparado un leño,
por si acaso me descarriló.

 Esta es una vida perra,
que a simple vista se advierte
aunque se yerra,
se aprecia más que la muerte.

 La otra mañana salí,
y rapiñé una tostada
pero al otro día fui,
victima de una emboscada.

 Conmigo se llevó a cavo,
una hazaña criminal
así me tenéis que el rabo,
no lo puedo enderezar.

 Pero en fin cosa de leña,
todo queda en las costillas
lo malo es que si usted se empeña,
en echarme una bolilla.

 Es bastante doloroso,
de que yo muera envenenado
pues más siendo tan provechoso,
como lo tengo aprobado.

 En un pueblo como este,
que si no fuera por mí
no podrián con el peste,
estar sentados aquí.

 Pero el pueblo ya lo sabe,
ni en invierno ni en verano
doy yo tiempo que al cadáver,
e a comentan los gusanos.

 Y lo útil que le soy,
a mujer poco hacendosa
siempre que a su casa voy,
he de hacerle alguna cosa.

 Limpio el plato y la salten,
el perol, la cacerola
y miro la olla también,
cuando la casa esta sola.

 Y si se ensucia el chiquillo,
ella misma me a porfía
pues le saco al suelo brillo,
quitando la porquería.

 Con que mire lo que hace,
el que sea el encargado
que un animal de mi clase,
debe ser respetado.

 Lea usten atento mi escrito,
y le daré gracias mil
y de plazo solicito,
hasta el 14 de Abril.

  José Sancho Rodríguez.