martes, 30 de agosto de 2011

LA MAR. (soneto)

LA MAR. (soneto)


Déjame inmenso mar que me consuma,
sentado en un guijarro de tu orilla
me satura de dulce pesadilla,
la argentada blancura de tu espuma.

Deja que de el celaje de tu bruma,
contemplando la excelsa maravilla
pueda con esta musa tan sencilla,
un rostro fiel, hacerte pluma.

Para mí sacro mar, eres un mundo,
incógnito, mortífero y facundo
que tiene el misterio por bandera.

Y estando de mortal peligro lleno,
la humanidad, de tu invisible seno
su gran despensa, de nutrir espera.


José Sancho Rodríguez.

sábado, 27 de agosto de 2011

PEQUEÑO MANANTIAL.

PEQUEÑO MANANTIAL.



Brota en la desierta gruta,
un pequeño manantial
que lo absorbiera de su ruta,
sin unirse a otro caudal.

Pero al bajar la ladera,
se le asocia otro venero
y su curso se ha celera,
por aquel cauce somero.

Luego, con otro afluente,
se une a un riachuelo
y aquella unión incipiente,
ya es causa de algún desvelo.


Aquel conjunto de jotas,
forman un caudaloso río
que se extiende a su albedrío,
sobre sus márgenes rotas.

Y de su fuerza salvaje,
y de su poder sin nombre
le deja sobre el paisaje,
pruebas fehacientes al hombre.

Y entonces bien conducido,
sin alterar su pureza
ya puede ser convertido,
en mil fuentes de riqueza.

¿Hombres?, que cual gotas,
vais consumiéndose en el agro
¿uniros se deseáis,
del manantial al milagro?.

Bonito ejemplo que nos narra el Poeta,
José Sancho Rodríguez.

miércoles, 24 de agosto de 2011

EXPERIENCIA

EXPERIENCIA.


Pastorcita pastorcita,
no vallas por leña al monte
que el Sol ya mismo se quita,
allá por el horizonte.

Y el mozo que te enamora,
por ese mismo lugar
subió, hace ya una hora,
y no lo he visto bajar.

Mira cual por la colina,
las aves buscan su nido
y el crepúsculo extendido,
de la aurora vespertina.

Y se dice en español,
que en el monte y las mujeres
existen puestas de sol,
más bellas que amaneceres.

Si te encuentras por ventura,
y ni tu vestido toca
a la gente que murmura,
¿quién le tapará la boca?.

Unos dicen que si fue,
otros dicen que si vino
y ya sabes con lo que,
se desluce el paño fino.

Desecha tu pretensión.
y vuélvete pastorcita
que quien quita la ocasión,
también el peligro quita.

Si del amor al arrullo,
todo se suele olvidar
de la mujer al orgullo,
es llegar, pura al Altar.

Cuando el Poeta Sancho hizo estos verso,
los tiempos eran otros diferente a los de hoy
que pasan a la Historia.

José Sancho Rodríguez.

martes, 23 de agosto de 2011

INTRODUCCION

INTRODUCCIÓN


Quiero un libro escribir,
y soy un jubilado campesino
Musas, venir, venir,
y alumbrar mi camino
e inspirar, a este errante peregrino.

Por suerte desde niño,
en los agrestes campos he vivido
y, es verdad que cariño,
por el campo he sentido
y en él, la juventud he consumido.

Soy de la Poesía,
un fiel y perpetuo enamorado
que en contumaz porfía,
viviendo he alterado
con la pluma, la hoz y el arado.

A labrar elusiones,
aprendí de los clásicos Poetas
triturando renglones,
y midiendo cuartetas
aunque nunca, cual ellos, de completas.

Es demasiado estrecho,
el predio de mi campo cultural
y de él, no cosecho,
el áureo material
del que se hacen los versos de cristal.

Mí lírica no brilla,
carece de pedantes resplandores
es de arena y arcilla,
de espinas y de flores
de alegrías ,y tristeza sin sabores.

Eso es, cuanto de paso,
del olvidado campo he recogido
y al divisar mi ocaso,

el deseo he sentido
de un libro dejarlo reunido.

Aunque no tenga el brillo,
ni el fondo natural de un libro bueno
su léxico sencillo,
y de verdades lleno
lo pueden convertir, en libro ameno.

No uso el verso suelto,
ni el libre blanco que hoy se usa
ni el pensamiento envuelto,
me agrada en esa Musa
semiactracta , etérea y confusa.

Quiero el verso sujeto,
a la Métrica exacta en todo instante
de sentido concreto,
de agudo consonante
aunque deje de estar tan elegante.

Todo mi ser confiesa,
que escribir una obrita en poesía
es una ardua empresa,
una monomanía
que de moda se ha puesto hoy en día.

Le pediré ayuda,
a las cosas del campo que conmigo
han vivido, y sin duda,
saben lo que persigo
y de mis vagos sueños, son testigos.

Pájaros voladores,
ingrávidas e ingenuas mariposas
inmaculadas flores,
corrientes numerosas
que supisteis decirme tantas cosas.

También vendrán las Musas,
que tienen como templo, el helicón
ellas que tan difusas,

y tan pródigas son
harán realidad, esta ilusión.

La sabia providencia,
su hospitalaria puerta me irá abriendo
y a la benevolencia,
del lector me encomiendo
y a la dicha de Dios, sigo escribiendo.


José Sancho Rodríguez

lunes, 22 de agosto de 2011

SEÑOR CAMPESINO

SEÑOR CAMPESINO


Señor campesino,
que triste es tu suerte
vale tu destino,
menos que la muerte.

De tregua, a tu lucha,
no tiene un segundo
y que poco escucha,
tus quejas el mundo.

La tuya es la marcha,
del héroe bizarro
por fuego y escarchas,
por polvo y por barro.

Llevas la bandera,
puesta por sudario
no sabes siquiera,
quien es tu adversario.

Marcada el emblema,
te deja en la frente
el sol que la quema,
del verano ardiente.

Por tu rostro humano,
el de la oficina
tu origen villano,
fácil adivina.

A veces la tierra,
tu humilde ignorancia
te increpa y te grita,
con intemperancia.

A todo se atreve,
el culto sujeto
que tanto te debe,
piedad y respeto.

Pues sin ese bulto,
que eres a su lado
él, no fuera culto,
y privilegiado.

Porque tú sudando,
a la Madre Tierra
le vas arrancando,
la vida que encierra.

Pues ni el pan ni el oro,
del cielo nos cae
la gloria es tesoro,
que de ella se extrae.

Por eso mereces,
el simple favor
de que algunas veces,
TE LAMEN SEÑOR.

José Sancho Rodríguez.

Bonitos versos a los trabajadores
del campo.

TIERRA PRESTADA

TIERRA PRESTADA.


Cuando la cosecha congela,
la tierra baja a la umbría
y la gélida avefría,
gozosa cantando vuela.

Cuando hasta el aliento hiela,
ese cierzo extrapolar
deja el labriego su hogar,
y prosigue su faena
aunque nadie se lo ordena,
él, tiene, se tiene que ordenar.

Y cuando el sol veraniego,
hace la tierra una hoguera
y del cielo cae fuego,
cual si el firmamento ardiera.

El labriego no se altera,
y prosigue la jornada
al nacer con el destino,
de indigente campesino
(labrando tierra Prestada).


José Sancho Rodríguez.

domingo, 21 de agosto de 2011

MARGARITA

MARGARITA


Tienes nombre de una flor,
que igual consuelo y enojas
a quien duda de un amor,
y sus pétalos deshoja.

Tienes néctar como ella,
melifluo aroma respiras
tus miradas son centellas,
que traspasa a quien miras.

Siempre, margaritas cojo,
cuando me acuerdo de ti
y aunque nunca las deshojo,
las beso con frenesí.

Y voy levantando al andar,
lo que hay sobre el camino
porque no quiero pisar,
ese nombre tan divino.

Lo que un día en un sobre,
y lo levó una paloma
que en una fuente salobre,
por costumbre el agua toma.

Cando a la fuente volvió,
Margarita, no te asombres
el agua dulce encontró,
por el dulzor de tu nombre,
sin embargo para él,
tiene dulce hasta el nombre.


Bonito poema de amor para los enamorados.

José Sancho Rodríguez.

PASION DE POETA

PASIÓN DE POETA
PENSAMIENTO AL AZAR.
soneto



La sombra sobre el valle se extendía,
las aves regresaban al otero
en Oriente, brillaba ya el lucero,
y tu rostro de encanto se cubría.

Era como una nívea estatua fría,
una efigie fiel, del propio Eros
que puso el creador en mi sendero,
para ver lo que, yo al verte hacía.

Y al ver que te cubría trasparente,
el velo de la virgen inocente,
quise hacer un alarde de respeto.

Y auque tanto quisiera haberte hecho,
me di por complacido y satisfecho,
con hacerte, tan solo este soneto.


José Sancho Rodríguez

viernes, 19 de agosto de 2011

LAS CUENTAS DE LA LECHERA

LAS CUENTAS DE LA LECHERA.


Por bien que el mundo se ordene,
es algo tan complicado
que siempre en él, que haber tiene,
un algo, mal ordenado.

Ningún libelo imagino,
en el poema presente
es una cosa corriente,
en el mundo campesino.

Era ya sexagenario,
un humilde productor
y vivía solitario,
por desidia, y por error.

Hombre de deber cumplido,
y acreditada honradez
y que se hallaba excluido,
del subsidio de vejez.

Y bajo el peso agobiante,
de la edad y la indignación
vivía de la clemencia,
solo de sus semejantes.

Un recorrido campero,
y vergüenza de pedir
no tenía otro remedio,
para poder subsistir.

Un recorrido campero,
hizo para Nochebuena
y trajo una saca llena,
de alimentos y dinero.

Porqué en el campo español,
tras tantas dificultades
no se pone nunca el sol,
de la humana caridad.

Un poco dióle a un amigo,
que en la villa vendería
para comprarle un abrigo,
que buena falta le hacía.

El anciano deseoso,
del subsidio reclamar
con un gesto generoso,
la suerte quiso probar.

Creyó lo más acertado,
con el donado animal
obsequiar al delegado,
de la Seguridad Social.

Éste, con su idiosincrasia,
con promesas inconcretas
aceptó con diplomacia,
el mago de las chuletas.

Soñaba el triste aciago,
con mejorar su vivir
pero el plumífero Mago,
nada pudo conseguir.

Y el jurisconsulto un día,
le dio la noticia dura
de que la ley no podía,
aliviar su desventura.

Viene usted fuera de fecha,
le dijo con tona grave
y la ley es tan estrecha,
que en ella ni el aire cave.

Del fracaso de su alarde,
lametábase el anciano
siempre a la ley llegó tarde,
hasta cuando fue temprano.

Pues sea lo que Dios quiera,
balbuceaba el mendigo

adiós, como la lechera,
pavo, subsidio y abrigo.


Cantos ejemplos de estos que narra el Poeta Sancho
habrán ocurrido.

José Sancho Rodríguez.

viernes, 12 de agosto de 2011

EL DIA DE SAN JUAN

EL DÍA DE SAN JUAN.

En la agreste montaña,
vivía aquel pastor
tenía en su cabaña
la paz y el amor,
que anhelara
el más rico señor.

Colmó sus ilusiones,
la idolatrada esposa
con sus dos embriones,
un clavel y una rosa
que la vida
le hacían tan dichosa.

Déjese una oveja,
huérfano a un corderillo
y la infantil pareja,
con esfuerzo sencillo
lo consigue criar
lleno de brillo.

En pago a sus favores,
el cordero inocente
a sus dos protectores,
audaz e inteligente
perseguían en guardia
permanente.

Marido y esposa,
dialogando están
ella dice quejosa,
mañana es San Juan
y en la choza
hay sólo aceite y pan.

Mataré el cordero,
dijo él, terminante
ellos no querrán, pero,
cederán al instante
a cambio de tener
carne abundante.
La suprema sentencia,
los pequeños oyeron
y la ingenua ocurrencia,
de ocultarlo tuvieron
y que lo raptó un lobo
supusieron.

Provisto del cuchillo,
grita el pastor severo
¿dónde está el corderillo?
sacrificarlo quiero
por ser el día del Santo
que venero.

¡Vamos! quiero enseguida,
saber quién lo ha escondido
ellos, siempre la vida,
para la muestra han dado
sin que sea
delito ni pecado.

¡Y aquel niño gigante!,
por su alma tan pura
con tétrico semblante,
la insólita aventura
confesó
inundado de amargura.

Yo, papaíto mío,
he sido el delincuente
lo escondí junto al río,
allá cerca del puente
al oírte
su fin, tan inminente.

Le he dicho que se calle,
que no vaya a balar
y que nadie lo halle,
que lo quieren matar
y de miedo
echase a temblar.


Y aunque quedó dormido,
obediente a tu mando
le daré un silbido,
y subirá balando
y mi hermanita y yo
con él, llorando.

Déjalo, papaíto,
no ves que es un dolor
comeremos pan frito,
que está mucho mejor
pues su carne
tendrá muy mal sabor.

Y el Santo que veneras,
tengo la convicción
que si tú le pidieras,
le daría el perdón
y a nuestro humilde hogar
la bendición.

Cambió el pastor el ceño,
de adusto complaciente
y de cada pequeño,
puso un beso en la frente
y una lágrima bollo
su rostro ardiente.

Cayósele el puñal,
de la crispada mano
ante aquel manantial,
de sentimiento humano
y ocultar la emoción
trataba en vano.

Y ocultando el rubor,
de su esposa abrazado
como un pecador,
que huye del pecado
le dijo
con acento emocionado.


Nuestros hijos, esposa,
qué gran lección nos dan
mi alegría rebosa
con solo aceite y pan,
pasaremos
el día de San Juan.

Bonito ejemplo de estos dos adolescente
a favor de los animales que narra el Poeta Sancho
en estos versos.

José Sancho Rodríguez
.

jueves, 11 de agosto de 2011

PENSAMIENTO MUNDARIEGO

Pensamiento mundaríego.
(soneto)

En sudarios, en mantos y coronas,
invierten ciertos grupos los millones
en la más fastuosas procesiones,
van cubiertas de oro sus madonas.

Mientras tanto, millares de personas,
si quieren mitigar sus privaciones
tienen que emigrar a las naciones,
aún no, de esos cultos campeones.

Y si Dios, vería más gozoso,
el oro convertido en pan sabroso
repartido, con todos los hambrientos.

Esos, de que nos hablan cada día,
que mantienen a raya la agonía
sin hogares, sin ropa ni alimentos.


José Sancho Rodríguez.

miércoles, 10 de agosto de 2011

CONTRA EL CÓLERA TEMPLANZA (soneto)

CONTRA EL CÓLERA TEMPLANZA.
(Soneto)


Dime mujer, porque mi vida agitas,
sí nunca para ti he sido ingrato
y sí mil veces yo, la pena mato,
otra mis veces tú, las resucitas.

Ya tus obras, resultan inauditas,
y parece que es, un vicio innato
cuanto más resentir, tu odios trato,
tú más, mi resistencia debilitas.

Por tu feroz soberbia, no comprendes,
que en la llama, de fuego que en mí enciendes
incineres tu alma con la mía.

Déjale de echar, más leña al fuego,
ni enturbies más el agua por si luego
la sed, te hace beberla cualquier día.


José Sancho Rodríguez.

LA PECADORA....SONETO

LA PECADORA.
Soneto.

Ayúdame Señor, que voy cansada,
por estos vericuetos de la vida
sin poderme volver y convencida,
que voy completamente equivocada.

Ya no siento, el verme abandonada,
ni el ir por este mundo desvalida
sólo siento que al fin de la partida,
en Tu Reino Señor, no tenga entrada.

La ingrata sociedad, que me abandona,
para cambiar sus ansias libertinas
me puso como a ti, una corona,
de martirios, de clavos y de espinas.

Perdónalos Señor, yo te la ruego,
pero también, perdóname a mí luego.


José Sancho Rodríguez.



PORQUE SE PARECE A TÍ.

PORQUE SE PARECE A TI.


Eres como la paloma,
que por las nubes asoma
queriendo invadir el cielo,
olvidada que es del suelo
de quien su alimento toma.

Por los vientos gira pronta,
en todas las direcciones
y se baja y se remonta,
sin temor a los halcones.

Y cuando exhibe su orgullo,
por la azul estratosfera
se posa a ofrecer su arrullo,
sobre una rama cualquiera.

Cuando una paloma veo,
vanagloriándose así
en su vuelo me recreo,
(porque se parece a ti).


José Sancho Rodríguez.

miércoles, 3 de agosto de 2011

MIRADAS DE FUEGO

MIRADAS DE FUEGO.


Jardinera jardinera,
no agotes tus surtidores
que nunca tendrán tus flores,
fragancia de primavera.

¿De qué te sirve que un riego,
con agua fresca le des
se las marchitas después,
con tu mirada de fuego?.

¿Por qué tus azules ojos,
y el pasado mirar sereno
parece que siempre llenos,
están de iras y enojos?.

Si en algo te hirió la vida,
y el pasado te envenena
trata de ocultar la pena,
auque te sangre la herida.

¿Qué culpa tiene las flores,
que prisioneras cultivas
de que recogiendo vivas,
el fruto de tus errores?.

¿Qué culpa tiene el que amores,
te ofrece de corazón
que enterraras tus ilusiones,
en tus primeros albores?.

Cambia en tus ojos la ira,
por consoladora lumbre
y mira con mansedumbre.
a quien con ella te mira.

No te pediré que hagas,
lo que hacía el Redentor
que le prodigas amor,
a quien te causó las llagas.

Pero trata de extinguir,
en tu mirada el ardor
si no deseas morir,
sin flores y sin amor.


José Sancho Rodríguez.