martes, 30 de agosto de 2011

LA MAR. (soneto)

LA MAR. (soneto)


Déjame inmenso mar que me consuma,
sentado en un guijarro de tu orilla
me satura de dulce pesadilla,
la argentada blancura de tu espuma.

Deja que de el celaje de tu bruma,
contemplando la excelsa maravilla
pueda con esta musa tan sencilla,
un rostro fiel, hacerte pluma.

Para mí sacro mar, eres un mundo,
incógnito, mortífero y facundo
que tiene el misterio por bandera.

Y estando de mortal peligro lleno,
la humanidad, de tu invisible seno
su gran despensa, de nutrir espera.


José Sancho Rodríguez.

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