jueves, 17 de abril de 2014

DIOS Y LOS HOMBRES


   Dios y los hombres

 Obrero que a trabajar,
te mandó Dios a la tierra
para de ella sacar,
cuantas riquezas encierra.

 Deja el trabajo un segundo,
seca el sudor de tu frente
y en lo que haces en el mundo,
piensa detenidamente.

 Piensa que mientras trabajas,
cumples preceptos cristianos
pero ves cual tus ventajas,
te arrebatan de las manos.

 Mira cual la mayor parte,
se suelen de dedicar
al sofisticado arte,
de vivir sin trabajar.

 Busca a Dios en las tinieblas,
donde lo esconde el egoísmo
encarna en ti su doctrina,
y harás un Dios, de ti mismo.

 Inmerso en el resplandor,
de su redentora luz
sentirás hasta el dolor,
que por ti, pasó en la Cruz.

 De cólera, harás, templanza,
y del orgullo, humanidad
del oído y de la venganza,
forjarás, la caridad.

 Y  si un ingrato te humilla,
y descargas tu furor
pondrá la otra mejilla,
cual lo hacía el redentor.

 Dirá el mundo que estás loco,
que sandeces vas haciendo
pero luego poco a poco,
tu obra, irá, comprendiendo.

 Mas nunca produzcas pan,
para el saludable hermano
que siendo esbirro holgazán,
presuma de ser cristiano.

 Es aventurado y grave,
considerarse  cristiano
tal virtud, casi no cabe,
en el corazón humano.

 ¿Quién renuncia al orgullo,
de la superioridad?
¿Quién no se duerme al arrullo
del lucro y la vanidad?.

 ¿Quién resiste la avaricia
que las bondades decena
y no guía la justicia
siempre por la puerta ajena?.

 Así Dios, esta ofendido,
aunque todo lo perdona
ver un cristiano fingido,
que degrada su persona.

 Esta disconforme y triste,
al contemplar que en la tierra
para los hombres existe,
también, la escuela de guerra.

 Y que a la gloria se llega,
predicando con metralla
y siendo un buen estratega,
en los campos de batalla.

 Y que el más sabio del mundo,
será en la posteridad
el que menos de un segundo,
destruya, la humanidad,

 El que invente el artefacto,
que contando hacia tras
pueda en un espacio exacto,
aniquilar lo demás.

 Mas esos sabios lo saben,
va en el Génesis, previsto
que cuando mueran no caven,
en el Reinado de Cristo.

 Pero a ellos no le importa,
ganar el descanso eterno
otra gloria los exhorta,
aunque bajen, al Averno.

 Ve con flagelante pena,
que el mundo, es el escenario
en el que sigue en escena,
la tragedia del calvario.

 Ve la tierra detentada,
del más arbitrario modo
unos, sin tener de nada,
otros sobrándole todo.

 Ve esta lucha sin perdón,
nacida bajo el inflijo
de la eterna colisión,
de la miseria y el lujo.

 Esa implacable tormenta,
que obra, de la paz, en nombre
y que el mismo hombre inventa,
para dominar al hombre.

 Esa salvaje clemencia,
que en olas intermitentes
hace acto de presencia,
por todos, los Continentes.

 Siembra la muerte iracunda,
polvoriza, las ciudades
y los ámbitos inunda,
de horror, y calamidades.

 Para la paz en Ginebra,
un Iris, fue levantado
y siempre el arco se quiebra,
también por lo más delgado.

 Será el eterno error,
querrá con guerra, acabar
se acabaría mejor,
muriendo, por no matar.

     Bonitos versos nos narra el Poeta Sancho, entre lo
    que Cristo quería para los obreros.

             José Sancho Rodríguez.

sábado, 12 de abril de 2014

RECUERDOS TATUADOS

       
Conocí a mi padre de yuntero,
que le era de noche en la besana
y para uncir la yunta en la mañana,
esperaba orto del lucero.


Financiaba la empresa un usurero,
que decía tener alma cristiana
y toda la cosecha limpia y sana,
tenía que pasar a su granero.


Aquel gran capitán, feudal cretino,
negociante del tipo más leonino
cólmele a mi padre la paciencia.

 Por ganarnos el pan, luchaba en vano,

y fuese a la Argentina ya un verano
dejándonos de dios, a la clemencia.


           José Sancho Rodríguez   
        

jueves, 10 de abril de 2014

LOS MISTERIOS DEL AMOR



 No sé si la conocí,
con el sol o con la luna
si en busca de ella fui,
o la encontré en parte alguna.

 Sólo se  que al conocerla,
encontrarla, sin pensar llegar a mas
iba distraído a verla,
por echar el tiempo atrás.

 Luego por un pasajero,
y casi superfluo empeño
decidí, ser el primero,
que de su amor fuera el dueño.

 Y un amor que nació en broma,
sin sello de baptisterio
se fue creando su aroma,
y su colorido serio.

 Y al observar que se puso,
el idilio al rojo vivo
quise, con pretexto iluso,
poner punto (suspensivo).

 Hasta aquí llegó el flirteo,
me dije, cobrando el seso
por que en verdad no deseo,
una mujer sin ingresos.

 Con mi porte y mi trapío,
no es, aventura vaga
si una chica desafío,
con una mediana paga.

 Hay secretarias de sobra,
y el amor todo es rutina
con que manos a la obra,
y a reñir con Carolina.

 Cuando estuve frente a ella,
me quedé como de hielo
parecí ame una estrella
recién caída del cielo.

 Porque su belleza es,
de esa belleza que encantan
iluminada después,
por un corazón de santa.

 Vengo, le dije, mujer,
a suplicarte un favor
por un año a suspender,
nuestro contrato de amor.

 En prenda te dejo el alma,
por ella volveré a ti
sé que destruyo tu calma,
pero la vida es así.

 Quedó eclipsada de hecho,
su hermosura refulgente
e inclinó sobre mi pecho,
la calenturienta frente.

 Y me dijo casi inerte,
no me hagas que  así padezca
dame, tu amor o la muerte,
lo que para ti, parezca.

 Lloró y enjugó su llanto,
tan en silencio vertido
y la besé como a un santo,
el hereje arrepentido.

 Le di mi amor con orgullo,
la hice mi esposa amada
se lo di porque era suyo,
que lo creó de la nada.

 Porque ayer, hoy y mañana,
como yo, habrá enamorados
de los que vamos por lana,
y salimos trasquilados.

              José Sancho Rodríguez.

viernes, 4 de abril de 2014

RESIGNACIÓN

                               

    No  llames a la puerta de la muerte,
(mortal) aunque gastada esté tu vida
que cuando ya la hora esté cumplida,
ella, se pasará a recogerte.

  Pero luego no trates de esconderte,
tras una inteligencia esclarecida
que ya toda acción será perdida,
y ya nadie podrá favorecerte.

  Es en realidad la única Ley,
que no se ha hecho esclava del dinero
igual ante el mendigo que ante el Rey,
el Juez Josaffá, es de severo.

  Y la vida por nada se desdeña,
ya lo dijo, el viejo de la leña.

       José Sancho Rodríguez

PENSAMIENTO AL VUELO


Suspiraba un sabio un día,
antes el libro del querer
y en sus suspiros decía,
aquí la sabiduría
no tiene nada que hacer.

 Aquel que una tarde quiere,
y a la otra olvida
su propio corazón hiere,
por ver en otro una herida.

 De la cabeza a los pies,
puro y sin manchas se nace
luego en la vida es,
como la vida nos hace.

 Aunque se revaloricen,
los valores corporales
hay esas reglas que dicen,
tanto tienes tanto vales.

 No quiero ser bien dormido,
para ser más desvelado
ni me saquen del olvido,
para ser mal recordado.

 El estar enamorado,
no digo que es estar loco
pero un amor arriesgado,
tiene de locura un poco.

 Engañar a una mujer,
con promesas amorosas
no tiene nada que hacer,
“pero son muy bajas cosas”.

 La palabra que se da,
y no se piensa cumplir
siempre escuchándose esta,
aunque no se quiera oír.

 De la existencia a través,
no obres con ligereza
mira que luego después,
nada acaba como empieza.

 Si socorres a un mendigo,
no refieras lo que has dado
aunque no haya testigo,
Dios, te la tiene anotado.

 Si la suerte te protege,
no humilles al desdichado
que en este tejemaneje,
cambia mucho el decorado.

 A respondona mujer
no le plantees querellas
procura de en sordeces,
mejor que callarla a ella.

 No trates de despertar,
a tu señora si ronca
te es mejor escuchar,
los ronquidos que la bronca.

 Y aquí termino con estos,
pensamientos boleteros
simples esquemas modesto,
de proverbios verdaderos.

              José Sancho Rodríguez.