viernes, 11 de noviembre de 2011

POR MI SENDERO



Yo seguía la huella,
de algún lucero
y se cruzó una estrella,
por mí sendero.

Era cuerpo celeste,
reverberante
que de sur al oeste,
giraba errante.

Era su luz suave,
y soñadora,
de misterio tan grave,
como la aurora.

Corrí de tras de ella,
como un pequeño
de aparición tan bella,
quise ser dueño.

Y en alas de su luz,
trepando el viento
llegué en el cielo azul,
a su aposento.

Por tanta maravilla,
fui sorprendido
que en una pesadilla,
quedé sumido.

Despiérteme del sueño,
en un jardín
pintoresco y pequeño,
bajo un jazmín.

Nada de la vivido,
hallé a mí paso
abrasé perdido,
por el ocaso.

Y detrás de aquel astro,
a otras regiones
se fueron por el rastro,
mis ilusiones.

Y toda mi atrevida,
aventuraza
quedase reducida,
a la esperanza.

De que al seguir la huella,
de otro lucero
vuelva a cruzar la estrella,
por mí sendero.


José Sancho Rodríguez

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