jueves, 3 de noviembre de 2011

BESO APRENDIDO


Tú, que cual la perdiz,
la alondra y la paloma
creciste tan feliz,
siempre de loma en loma.

En tu rostro campea,
la singular belleza
de todo lo que crea,
la gran Naturaleza.

Y al verte de ese modo,
natural, esplendor tanto
vino a besarte, todo,
el reino del encanto.

Te besó, el arroyuelo,
la fuente y la laguna
y a besarte, del cielo,
bajó el Sol y la Luna.

Te besaron las aves,
y las flores galanas
los céfiros suaves,
y la brisa tramontanas.

Crepúsculos y auroras,
desde los horizontes
y las faunas cantoras,
de los bravíos montes.

Y al beso que tu alma,
llegó más encendido
el que turbó tu calma,
te lo brindó Cupido.

Lógico es que no exista,
del “Beso” en los anales
mejor coleccionista,
de besos naturales.

Y aprendiste de aquella,
selecta colección
a “dar” el que más huellas,
dejó en tu corazón.

Por eso tú no besas,
cual todas las mujeres
como las vampiresas,
con tus ósculos hieres.

Y no vuelve jamás,
a cobrar el sentido
aquel, a quien le das,
ese beso aprendido.

José Sancho Rodríguez.

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