Soy aquel alma perdida
que siguió tu errante huella
y que fui dejando en ella,
trozos de la propia vida.
Soy el alma
dolorida,
que su dolor ríe y canta
a la que ya no le espanta,
cuanto el infortunio le trae
y si le derriba y cae
con mas brío se levanta.
Yo soy aquel
caminante,
que por difíciles camino
llegué al punto
de destino
a fuerzas de ser constante.
Y superándolo
todo,
por el polvo y por el lodo
sin en nada reparar
solo pensando en llegar,
en llegar, de cualquier modo.
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