Para contarle al mundo,
quise ser trovador
de bienestar fecundo,
un cantico de amor,
que pudiera
causarle su dolor.
Pero siendo
porquero,
y pastor traumarte
y humilde jornalero,
y Rojo denigrante
mas nunca la grandeza
llegó a importarme un pelo
porque con la riqueza,
no se cabe en el cielo,
y el caber, para mí,
es un consuelo.
Sobre este
Planeta,
he cumplido mi obra
yo pienso que completa,
si le falta o le sobra
que me perdone el Dios,
que paga, y cobra.
He creado un
hogar,
he puesto un arbolito
y en clase regular,
tengo yo un verso escrito
de cumplir el Corán, me felicito…
José Sancho Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario