viernes, 30 de marzo de 2018

DIOS Y LOS HOMBRES


Obrero que a trabajar
te mandó Dios a la tierra
para de ella sacar,
cuantas riquezas encierra.
  Deja el trabajo un segundo,
seca el sudor de tu frente
y en lo que haces en el mundo,
piensa detenidamente.
  Piensas que mientras trabajas,
cumples perfectos Cristianos
pero ves cual las ventajas,
te arrebatan de las manos.
  Mira cual la mayor parte,
se suele de dedicar
al sofisticado arte,
de vivir sin trabajar.
  Busca a Dios en las neblinas,
donde lo esconde el egoísmo
encarna en ti su Doctrina,
y harás,  un Dios, de ti mismo.
  Inmerso en el resplandor,
de su redentora luz
sentirás hasta el dolor,
que por él, pasó en la Cruz.
  De cólera, harás templanza,
y del orgullo, humildad
del odio y de la venganza,
forjarás la caridad.
  Y si un ingrato te humilla,
y descarga su furor
pondrá la otra mejilla,
cual lo hacía, el Redentor.
  Dirá que el mundo, estás loco,
que sandeces vas haciendo
pero luego poco a poco,
tu obra, irás comprendiendo.
  Mas nunca produzcas pan,
para el saludable hermano

que siendo esbirro holgazán,
presume ser buen Cristiano.
  Es aventurado y grave,
considerarse Cristiano
tal virtud, casi no cabe,
en el corazón humano.
  ¿Quién renuncia al orgullo,
de la superioridad?
quien no se duerme al arrullo,
del lucro y la vanidad.
  ¿Quién resiste la avaricia,
que las bondades cercenan
y no guía la Justicia,
siempre por la puerta ajena?.
  Así Dios, esta ofendido,
aunque todo lo perdona
ver un cristiano fingido,
que degrada su persona.
  Está, disconforme y triste,
al contemplar que en la Tierra,
para los hombres existe,
también la escuela de Guerra.
  Y que a la gloria se llega,
predicando con metralla
y siendo un buen estratega,
en los campos de batalla.
  Y que el mas sabio del mundo,
será en la posteridad
el que en menos de un segundo,
destruya, la humanidad.
  El que invente el artefacto,
que contando hacia tras
pueda en un espacio exacto,
aniquilar lo demás.
  Mas esos sabios lo saben,
va en el Génesis previsto
que cuando mueran no caben,
en el reinado de Cristo.
  Pero a ellos no le importa,
ganar el descanso eterno
otra gloria los exhorta,
aunque bajen, al Averno.
  Ven con flagelante pena,
que el mundo es el escenario
en el que sigue en escena,
la tragedia, del calvario.
  Ve la tierra detentada,
del más arbitrario modo
unos, sin tener de nada,
otros, sobrándole todo.
  Ver esta lucha sin perdón,
nacida bajo el influjo
de la eterna conclusión,
de la miseria y el lujo.
  Esa impecable tormenta,
que obra, de la paz, en nombre
y que el mismo hombre inventa,
para dominar al hombre.
  Esa salvaje demencia,
que en olas determinantes
hace actos de presencia,
por todos, los continentes.
  Siembra, la muerte iracunda,
pulveriza, las ciudades
y a los ámbitos inunda,
de horror y calamidades.
  Para la paz en Ginebra,
un Iris, fue levantado
y siempre el arco se quiebra,
también, por el más delgado.
  Será, el eterno error,
guerra con guerra acabar
se acabaría mejor,
muriendo por no matar.

Estos versos maravillosos del Poeta Sancho,
relacionados con el cristianismo es el ejemplo
de lo que hoy en día es la humanidad.

             José Sancho Rodríguez.

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