martes, 17 de febrero de 2015

LOS DOCE PARES DE FRANCIA.

  Tomo la pluma al momento,
para escribirte esta carta
pues para un amigo atento,
nunca la atención me falta.
  Quieres que algo te cuente,
de esta, nuestra patria chica
mentirte fuera imprudente,
y la verdad, mortifica.
  Pero en fin haré un extracto,
de nuestro presente estado
si no es de todo exacto,
es bastante aproximado.
  Empiezo mi confidencia,
y hasta el último reglón
quiero que brille la ausencia,
de toda mala intención.
  Tú sabes, que aquí el progreso,
viene muy a paso lento
y estamos debido a eso,
en continuo movimiento.
  Ya nuestra social mejora,
no son ensueños falaces
ya se trabaja a la "hora"
y con arreglo a las bases.
  Ya no actúa en la escalera,
el nocturno pretendiente
ya ama de otra manera,
y en trapecio diferente.
  Van juntitos por la calle,
que abecés, resulta estrecha
si se observa algún detalle,
nunca es a cosa hecha.
  Tras la puerta, !que civismo!,
están como confesando
a exacción que un nuevo ritmo,
se le sorprenda ensayando.
  Nosotros vamos al bar,
aunque la noche sea corta
la gastamos en hablar,
de lo que menos importa.
  Leer, no leemos mucho,
ni en tele, sabemos tanto
a los más listos les escucho,
que ya conocen al Santo.
 En el centro del poblado,
todavía se autoriza
poner el supermercado,
de mariscas y hortalizas.
  Cuando un acto se origina,
porque algo se inaugura
hay un olor que trasmina,
a pescados y verduras.
  Dase otro insólito caso,
en esta querida villa
que sigue abriéndose paso,
de la forma más sencilla.
  Una docena de hombres,
honorables y modestos
invadieron con sus nombres,
lo más elevados puestos.
  Dicen y será verdad,
que en premio de su sacrificio
ejercen la Autoridad,
con carácter vitalicio.
  Cuando tocan elecciones,
no hay, desorden ni alarma
intercambian los sillones,
y continua la calma.
  Como adiestrados están,
sin fantasía ni arreglo
Presto se levanta Juan,
para que se siente Pedro.
  En el centro de la oficina,
prosigue, Sansón Carrasco
que el contenido se empina,
y a los demás, les da asco.
  Capitanea el Equipo,
otro gentil caballero
un perfecto prototipo,
del socialista Cordero.
  De todos por obra y arte,
la Administración es buena
gracias a Dios se reparte,
la Justicia a espuerta llena.
  Mientras tanto el vecindario,
con resignación cristiana
sigue el mismo itinerario,
unos hoy, y otros mañana.
  El consuelo que tenemos,
y no te parezca broma
es que pronto nos veremos,
todos en Santa Coloma.
  Y no es exagerar,
ni excesiva redundancia
aquí se van a quedar,
"los doce pares de Francia".

          José Sancho Rodríguez



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