Cierto es que te pretendí,
Magdalena cuando niña
y que en toda la campiña,
busqué flores para ti.
Y tú, de mi frenesí,
te reías tan serena
Magdalena.
Negarlo, sería necio,
que te quise con delirio
y que mi amor, el martirio
hirió de tanto desprecio.
Pero siendo firme y recio,
pude romper su cadena
Magdalena.
!Como supiste jugar,
con mi corazón de niño!
!cuanto tiempo mi cariño,
me hiciste de esperar!.
Mientras con otro a bailar,
te ibas a la verbena
Magdalena.
Hoy dices que arrepentida,
lloras tu desilusión
así, Magdalena son
los contrastes de la vida.
Yo, a curar mi triste herida,
me fui, muy enhorabuena,
Magdalena.
No llegaste a presentir,
que jugar con dos barajas
más pérdidas que ventajas,
te podía producir.
Yo deploro tu sentir,
y en verdad que me da pena
Magdalena.
Y el calor puedo ofrecerte,
de la amistad más sincera
y mi felicidad fuera,
siempre feliz, poder verte.
¿Pero volver a quererte?
el pensarlo me enajena
Magdalena.
Si flores te fui a coger,
por el campo y no me pesa
me pasaría de ser,
"plato de segunda mesa.
Bonita poesía para el día de los enamorados 14--2--15.
José Sancho Rodríguez.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario