domingo, 2 de marzo de 2014

AUTOCRUCIFICACIÓN

No hay cual la mía desventura,
al hombre que me ama, odio ingrata
y al que me tiene un odio, que me mata,
le quiero con delirio de locura.
 
Del que su amor me ofrece con ternura,
la indulgencia, el odio me desata
y el que tanto me insulta, y me maltrata,
con la ofensa disipa mi amargura.

 No comprendo si soy la enamorada,
o una esquizofrénica amargada
que entre las llamas, de amor inmola.

Pero hiriendo al hombre que me quiere,
y queriendo al que cruel me hiere
me estoy clavando en mi cruz yo sola.

   José Sancho Rodríguez.

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