viernes, 20 de enero de 2012

ACCIDENTE SABROSO


En la baja Andalucía,
hay una cierta región
que cría cierto melón,
y la sabrosa sandía.

Por tradición ancestral,
hace el dueño del montaje
con rastrojos y ramajes,
su albergue provisional.

En él, como un centinela,
el Guarda pasa el verano
allí duerme y allí vela,
allí está tarde y temprano.

La esposa cada mañana,
le lleva el yantar del día
y sea joven o anciana,
nunca le da compañía.

y en tal aislacionismo,
un guarda desaprensivo
ocasionó el cataclismo,
que en estos versos describo.

Es el campo un escenario,
con bambalinas de gramas
pero en él casi a diario,
se da un pintoresco drama.

Cierta mañana la “Eva”,
iba algo transparente
con “Adán” la poma prueba,
y los tentó la serpiente.

Según declara un vecino,
que pasó por el lugar
vio como un remolino,
la choza hiciera temblar.

Quedó algo sorprendido,
y el caso por cuenta toma
viendo que en acto seguido,
el albergue se desploma.

Cuando llegó el transeúnte,
alzó el rastro y rama
sin comentario ni apunte,
volvió el rostro al ver el drama.

la choza baja y estrecha,
de frágiles armazones
no pudo aguantar la marcha,
de tan fuertes convulsiones.

Dícese que con los píes,
derribaron un puntal
y todo se hundió después,
en el momento crucial.

En aquel melifluo oasis,
junto marido y esposa
quedaron en pleno éxtasis,
como rata bajo losa.

Para aquellos lectores que no conocieron esa época, lo describen estos versos.

José Sancho Rodríguez.

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