sábado, 8 de octubre de 2011

UNA MUJER VALIENTE

UNA MADRE VALIENTE.

Como una centinela alerta,
yo comparo esta mujer
siempre con la vista puesta,
en su pequeño bebé.

Como un ángel hace guardia
en movimiento continuo
como el que espera una alarma,
en cualquier hora ó minuto.

Así se pasan los días,
sin la mayor ilusión
por la enfermedad tan faticidia
que el destino le mandó.

María de noche y día,
como un ángel guardián
la que le ofrece su vida,
a su pequeño Fabián.

Con ese amor tan sincero,
más un día y otro día
siempre diciendo te quiero,
hasta el resto de mi vida.

Igual que un ruiseñor,
que canta cerca del nido
a sí canta ella a su amor,
cuando se encuentra dormido.


En su camita dormido,
esperando el despertar
para volver a empezar
en el mismo recorrido.

Primero hay que asearlo,
con cariño y con paciencia
luego hay que alimentarlo,
lo que más trabajo cuenta.

Así se pasan los días,
así se pasan los años
con toda la ilusión perdida,
por que no existen milagros.

Así un día y otro día,
como un reloj sin horario
con toda la ilusión perdida,
sin límites del calvario.

Sin saber que no hay milagro,
para calmar este dolor
que se consume a diario
y no tiene solución.

Como una vela encendida,
que decrece con el tiempo,
sin que el dios tan poderoso,
remedie tan grande herida.




Sí es que en este mundo existe,
algún Dios tan poderoso
por que tú mismo no impediste,
este mal tan horroroso.

Como el destino ha querido,
que no sean cosas de dos
el trabajo es más sufrido
y aun más grande el dolor.

Como puede un ser humano,
tirar el fruto de un amor
sin que le tiemblen las manos,
ó le llore el corazón.

Pero sí existe allá arriba,
en el juicio final
que le claven las espinas,
de haber hecho tanto mal.

De haber plantado tres macetas,
que resplandecieron sus flores
que hoy ya relucen abiertas,
con todos sus resplandores.

Pero la flor más pequeña,
nunca pudo florecer
siempre sus ojos abiertos,
y nada pudo entender.




Hasta que llegó el día,
en que ya no pudo más
y con la misma alegría,
se fue para descansar.

Estos versos aunque llevaban hechos
antes del fallecimiento del niño, quiero
que esta hija coraje los conserve con el
cariño que su padre se los ha hecho y los
lleva siempre en su memoria, lo mismo que su
madre y toda su familia.


Tu padres que te quieren José y Brígida.


Isabel María, creo que estos versos que le hice a mi
hija María, titulados una Madre Valiente, creo que tú
eres otra Madre Valiente, lo único que te deseamos
tanto tu tita y yo, es que Juan se ponga mejor, para que
tu vida sea más llevadera.

Un abrazo de todos.

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