Dicen los anales,
de las medicinas
que los vegetales
tienen vitaminas.
Pero se distingue,
de forma incompleja
que el que come pringue,
a la hierbas deja.
El vegetariano,
bien regimentado
se conserva sano,
pero muy delgado.
El pringologista,
por lo general
se vuelve pancista,
y no le va mal.
Le crece la panza,
en tal dimensión
que ya no le alcanza,
ningún cinturón.
Pero se trajinan,
cómodos tirantes
y allá que caminan,
la mar de elegantes
El caso de obesos,
es extraordinario
y escasean esos,
secos herbolarios.
La gente se inclina,
hacía la razón
menos vitaminas,
y más salchichón.
José Sancho Rodrigúez
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