Porque no soy religioso,
me catalogan de ateo
y tengo un Dios poderoso,
en quien ciegamente creo.
Mi Dios es aquel chiquillo,
dado en un pesebre a luz,
que llevó a cuesta su cruz,
los clavos y hasta el martillo.
Ese el Dios que
no pronunciaba el aborto
que lo único que quería era que no hubiera
niños descalzo ni hambrientos en la tierra y
que todos fuéramos iguales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario