domingo, 17 de abril de 2011

LA MENTIRA, LA VERDAD Y LA RAZÓN

LA MENTIRA, LA VERDAD Y LA RAZÓN

Desde balcón a balcón,
la mentira y la verdad
insultaron sin piedad,
en recíproco sermón.

Inmersa en su fricción,
sin advertir su demencia
defendieron su vigencia,
de los tiempos a través
sin admitir que ya es,
sólo, un mito su existencia.

La verdad, muy portentosa,
lució sus mejores galas
y tanto extendió las alas
que pecó de vanidosa.

De su misión, orgullosa,
hizo un estudio profundo
del beneficio facundo,
que va dejando su huellas
afirmando que sin ella,
no subsistiría el mundo.

Se erigió, la confianza,
del humano poderío
sin consentimiento mío,
decía, nada se alcanza.

Quien no me defienda a ultranza,
será indigente a raso
tropezando a cada paso,
siempre envuelto en torbellino,
y los mas rectos caminos
lo conducen al fracaso.

Soy la esposa del honor,
connubio sin descendientes
con unos antecedentes,
de eclípsate resplandor.

Soy la voz del creador,
según la cultura egipcia tú,
la mentira ficticia,
la Bruja del Orinoco
cuya escoba poco a poco,
todo lo vuelve inmundicia.

Cansada ya la mentira,
de oír alabanza tanta
despéjese la garganta,
y a pleno pulmón respira.

Hacia su adversaria mira,
sin desprecio ni respeto
y en tono agrio y discreto,
le dijo” no sientas miedo
si le compruebo que puedo,
ponerle a su orgullo el veto.

Presiento señora mía,
que se encomia con exceso
pudo, haber sido eso,
en un pretérito día.

Pero la filosofía,
ha logrado descubrir
que es tan preciso mentir,
como decir la verdad
es una realidad,
del científico vivir.

Sobrelleve con paciencia,
de los tiempos el relevo
y perdone si me atrevo,
a hacerte competencia.

Una vital exigencia,
me ha puesto en escala activa
para que usted superviva,
en posición tan señora
preciso es que no muera,
y legalmente se exhiba.

Tal y como hoy se vive,
por imperiosa acomodo
tengo mayoría en todo,
cuanto se habla y se escribe.

Nade usarme se prohíbe,
porque quien tal cosa hiciera
de cada hora pudiera,
hablar tan solo un minuto
y no creo en absoluto,
que en mis redes cayera.

Según las computadoras,
sin ningún matiz de engaño
puede un hombre hablar al año,
unas veinticuatro horas.

Cifras son aterradoras,
cruenta la realidad
que tenga la humanidad,
de la que ser Reina aspira
que inventar tanta mentira,
para hallar una verdad.

Hartas de gastar saliva,
en lid tan provocativa
deciden para abreviar,
a la razón consultar
y dejar la diatriba.

Su excelencia la razón,
del sumario toma nota
sin omitir un renglón,
ni, pronunciar g, por j,
por no crear confusión.

Con aspecto quijotesco,
les dijo, señoras mías
vuestra consulta agradezco,
más perdone si le ofrezco
muy extrañas teorías.

La razón antiguamente,
sólo tenia un camino
y en la época presente,
como loco remolino
voy del viento a la corriente.

Y a usted, verdad redentora,
casi le ocurre otro tanto
también la traen ahora,
inmersa en un desencanto
que escasa esperanza añora.

Y la señora mentira,
por su antigüedad de empleo
a ser de plantilla aspira,
y es muy justo su deseo
si razonado se mira.

Las teorías que esgrime,
son reglas de plúmbeo peso,
no llega a lo sublime,
pero es verdad todo eso
aunque el alma nos lastime.

Su apelación es tajante,
la realidad lo comprueba
para que más comprobante,
que el ver como hoy se lleva
la mentira, por delante.

Hay que tenderle la mano,
es un útil elemento
que más tarde o más temprano,
al más insólito invento
tendrá un éxito rayano.

Conjugando atentamente,
el pasado y el presente
nuestro inmediato futuro,
aunque algo más oscuro
será mas inteligente.

Tienen que llegarse a unir,
mentira y verdad por norma
al quererla dividir,
hoy no se encuentra la forma
de poderlas distinguir.

Ni hay mentirosa verdad,
ni verdadera mentira
ni real realidad,
ni humana es la humanidad
que en este circulo gira.

Para ti, verdad es triste,
el fallo de la razón
lo que fui y lo que fuiste,
es un ritual que existe
como una ciencia ficción.

Estos versos los hizo el Poeta Sancho allá por los años 70 que bien le vendría algunos políticos para que sacaran algunas conclusiones.

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