jueves, 19 de diciembre de 2013

PAJAROS DE MAL AGUERO



Poeta soy por apodo,
y aunque en el arte algo apunto
yo quisiera de otro modo,
poder tratar del asunto
Como un poeta del todo.

Mas no se de ortografía,
mi prosodia ni sintaxis
ni tengo mundología,
por lo tanto no se casi
cultivar la poesía.

Hoy me lamento quejoso,
porque nunca fui holgazán
ni cazador licencioso,
y siempre he comido el pan
fruto del trabajo honroso.

En muy raras ocasiones,
y por muy raras razones
hago de fuerzas derroche,
por esos campos de noche
detrás de los perdigones.

Y en las veces que he andado,
con todos lo justifico
que a nadie he molestado,
ni nunca he tropezado
con pájaro que abra el pico.

Siempre huí de los terrenos,
que son de esos reyezuelos
donde hay pájaros buenos,
siempre de soberbia llenos
prestos a extender el vuelo.

Como iba ya a ir,
a la huerta de la breña
oyendo siempre decir,
el funesto santo y seña
que allí suelen de pedir.

Iba yo ir a la huerta,
con las veces que aquí escucho
que los pájaros de huerta,
son buenos y canta mucho
y su cantada es muy cierta.

No se precisa consejo,
y esas aves no difamo
ni de su cante me quejo,
pues mira usted si estoy lejos,
y aquí llega mi reclamo.

Pues que se vallan callando,
que yo cuando esté pagando
en la calle de Sevilla
lo voy a hacer cantando.

Cocidos en el puchero,
Juan Copuda se los traga
el poeta da el dinero,
que siempre dirá que paga
pájaros de mal agüero.

 A los pudientes cazadores del reclamo
de la perdiz.

 

          José Sancho Rodríguez.

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