sábado, 5 de septiembre de 2009

PARA LAS FUERZAS DE ORDEN PUBLICO



Nuestros oídos ensordecen,
y se llenan de valor
al escuchar cuando muere,
un hermano servidor.

Es como una inyección,
que en nuestro cuerpo nos clavan
y nos llenan de valor,
para cortar esta plaga.

Manada de lobos hambrientos,
que entre seres escondidos
disparáis vuestro armamento
al que menos os ha ofendido.

Al que a lo mejor un día,
por tu cuerpo, lo dio “to”
ahora le quitas la vida,
como si fuera un ratón.

Un servidor del orden público,
que lo que hace es velar
minuto sobre minuto,
por el bien de los demás

Y mientras que tú, descansas,
en tu hogar sobre tú lecho
sin embargo otros te cazan,
por que no están satisfechos.


Porque no están satisfechos,
con la nueva sociedad
ahí tenemos los hechos
para desarticular.
Que venganza más cobarde,
es matar a traición
no debe ser perdonable,
este asesino traidor.

Este asesino que deja,
unos hijos y mujer
hundidos en las tinieblas,
por faltarle el mayor ser.

La madre que triste llora,
llora sin consolación
por esa bala traidora,
que a su hijo se llevó.

No sé porque de repente,
se me viene a la memoria
el honor, de hombres valientes,
que pasarán, a la historia.

Ya que no es poco el valor,
el que en su alma encierran
ir, donde a estado un traidor,
con la metralla en la tierra.

Es qué las fuerzas del orden
no tienen derechos humanos,
o es que no nos corresponden,
como auténticos cristianos.

Cuando en una manifestación,
muere algún ciudadano
los gritos se hacen voz,
por los derechos humanos.




Esos derechos humanos,
que debemos respetar
como auténticos cristianos,
en pos, de la humanidad.

Que cuerpo mas asesino,
Y que cuerpo mas traidor
Ir a quitarle la vida,
A un hermano servidor.


José Sancho Sierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario